Corrupción judicial y manipulación política: La democracia española secuestrada por los fascistas

En España, la democracia enfrenta un desafío monumental marcado por la corrupción judicial y la obstrucción en la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Este escenario refleja una crisis profunda que amenaza los principios fundamentales de nuestra sociedad.

La parálisis del CGPJ y su impacto en la democracia

Durante más de seis años, el Partido Popular ha bloqueado la renovación del CGPJ, exponiendo un problema de manipulación política que afecta directamente la independencia judicial. Este bloqueo es un síntoma de la politización de las instituciones judiciales, donde se evidencia un claro interés por parte de ciertos sectores de mantener el control sobre decisiones cruciales que deberían ser imparciales y autónomas. Esta situación socava el principio de separación de poderes, esencial para el funcionamiento de cualquier democracia saludable.

El papel de la ciudadanía en la defensa de la democracia

Es crucial que la sociedad española tome conciencia de la gravedad de esta situación y exija una acción decidida para la renovación transparente y ética del CGPJ. La integridad de nuestro sistema judicial debe ser una prioridad para garantizar que los principios de justicia y equidad prevalezcan.

La renovación del CGPJ no solo es una necesidad legal, sino también un imperativo moral y democrático. Es fundamental restablecer la confianza pública en nuestras instituciones judiciales y asegurar que estén libres de influencias externas que puedan comprometer su independencia.

Movilización de los demócratas

Los ciudadanos deben movilizarse y demandar cambios concretos en la sede del CGPJ, exigiendo la dimisión de aquellos vocales que han prolongado su permanencia de manera cuestionable. Recordemos que, según la Constitución Española de 1978, la soberanía nacional reside en el pueblo, y es desde esta fuente de donde deben emanar todos los poderes del Estado.

Es momento de actuar y reivindicar nuestra democracia. No podemos permitir que la corrupción y la manipulación política sigan erosionando los cimientos de nuestro sistema. La lucha por un judicial verdaderamente independiente es fundamental para preservar los valores democráticos y garantizar un futuro justo y equitativo para todos en España.