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Crisis de Volkswagen: causas y consecuencias de un coloso en problemas

Mairenis Gómez

30 de octubre de 2024 | 7:55 am

Factores internos y decisiones políticas que han desencadenado la crisis

La crisis de Volkswagen (VW) está en el ojo del huracán, y aunque algunos sectores intentan atribuir sus dificultades a la competencia extranjera, como el mercado automotriz chino, en realidad los factores que han llevado a VW al borde del colapso están en su mayoría dentro de sus propios muros y políticas. China, lejos de ser la causa, se ha convertido en un aliado clave para varias marcas europeas que buscan aumentar su rentabilidad y competitividad en un mercado globalizado.

Las restricciones europeas y el abandono de la combustión interna

Uno de los puntos de conflicto es la política de la Comisión Europea que impone un plazo de prohibición para la fabricación de coches de combustión a partir de 2035. Este enfoque se ha visto como una sentencia de muerte anticipada para muchas empresas europeas, incluidas las más emblemáticas como Volkswagen y Mercedes, que han dependido durante décadas de las ventas de motores de combustión interna. En 2023, los modelos de combustión representaron para Mercedes un ingreso operativo (EBIT) de 17,362 millones de euros, frente a solo 1,302 millones para los modelos eléctricos. Con una política que apuesta exclusivamente por los eléctricos, las empresas encuentran difícil justificar inversiones en un segmento que desaparecerá en el corto plazo.

Dependencia de China y pérdida de liderazgo tecnológico

La desvinculación comercial con China que comienza a implementarse en Europa pone aún más en riesgo el futuro de VW y otras empresas automotrices. China representa un importante mercado para Volkswagen y otros fabricantes europeos. Mercedes, por ejemplo, produce un 25% de sus vehículos en el país asiático, donde también se venden el 36% de sus autos, generando un retorno de inversión notablemente superior al que se obtiene en Alemania. La desconexión con China no solo amenaza estas ventas, sino que también desincentiva la innovación en la fabricación de automóviles de combustión, área en la que los fabricantes chinos ya están mostrando ventaja frente a las firmas europeas.

Endeudamiento masivo y decisiones de gestión cuestionables

A la presión de las políticas europeas y la pérdida de liderazgo frente a China se suma la preocupante situación financiera de Volkswagen. Con una deuda de 400,000 millones de euros, que representa el doble de la deuda soberana de Portugal, la empresa enfrenta un desafío financiero sin precedentes. En respuesta, su CEO, Oliver Blume, implementó un plan de ahorro en 2023 denominado “Accelerate Forward 6.5” que buscaba reducir costos y lograr una rentabilidad económica mínima del 6.5%. Sin embargo, el plan falló y las proyecciones para 2024 sitúan la rentabilidad en solo el 2.3%, poniendo en alerta a inversores y acreedores.

El impacto sindical y las concesiones políticas

Además de sus propios errores financieros, Volkswagen también se enfrenta a una situación laboral compleja. El sindicato IG Metall controla una parte significativa de la estructura directiva de la empresa y ha presionado para evitar recortes en la plantilla de Wolfsburg, en Baja Sajonia. La presión sindical y política ha impedido la adaptación de VW a un contexto de caída de ventas y aumento de costes, lo que ahora obliga a Oliver Blume a anunciar medidas drásticas como el cierre de tres plantas y una reducción salarial del 18%. La pérdida de empleos en Volkswagen afectará directamente a otros sectores y se estima que Alemania podría perder hasta dos millones de empleos en la industria en los próximos años.

Perspectivas para el futuro de Volkswagen y la industria alemana

El futuro de Volkswagen como conglomerado parece incierto. La empresa enfrenta una fragmentación inminente y una reducción drástica de su estructura productiva. Las decisiones tomadas en la Unión Europea, junto con la dependencia económica de China y la ineficiencia en la gestión financiera, han dejado a Volkswagen en una situación precaria. La crisis de VW refleja una pérdida más amplia en el sector industrial alemán, y el país podría ver una destrucción de empleo que equivale a todo el sector industrial de España.

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