Demetrio Fernández el obispo «experto» en abusos sexuales

El ciudadano se pregunta si sabe tanto de lo que le cuentan en confesión

El Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, no es ajeno a la polémica. Su reciente declaración en la que afirma que la sexualidad «no es para el placer, sino para el amor verdadero» ha desatado un debate abierto y crítico en nuestra sociedad contemporánea, cada vez más inclinada hacia una comprensión amplia y diversa de la sexualidad.

Las polémicas declaraciones del Obispo

En su carta semanal, Fernández presenta una visión estricta y moralista de la sexualidad. Defiende la idea de que «la sexualidad es un don de Dios», pero advierte que mal utilizada puede convertirse en una «bomba que explota en manos del que abusa de ella». Con estas palabras, el obispo intenta vincular la sexualidad libre y el placer con abusos, extorsiones, explotaciones y adicciones.

Sin embargo, su visión parece desfasada en un mundo en el que se promueve cada vez más la educación sexual integral, que incluye el entendimiento de que la sexualidad es una parte intrínseca del ser humano y que puede vivirse de muchas maneras diferentes, siempre desde el respeto y el consentimiento mutuo.

La respuesta de la sociedad contemporánea

Las ideas de Fernández parecen reflejar una visión de la sexualidad limitada y rígida que se aleja de los cambios y progresos que se han hecho en la comprensión de la sexualidad en los últimos años. Su declaración parece desconocer la importancia de educar sobre sexualidad y salud sexual, que incluye el placer y el autocuidado, así como la importancia de la igualdad de género en las relaciones.

El placer, como parte de la sexualidad humana, no está reñido con el amor verdadero. De hecho, numerosos estudios demuestran que una vida sexual saludable y satisfactoria puede contribuir a una relación amorosa más fuerte. En vez de dividir la sexualidad en categorías de «buenas» o «malas», sería más beneficioso promover una comprensión inclusiva y positiva de la sexualidad.

Un llamado al diálogo y la educación

Las palabras del obispo Fernández ofrecen una oportunidad para abrir un diálogo sobre la sexualidad en nuestra sociedad. A pesar de sus comentarios controversiales, el obispo tiene razón en un punto: la sexualidad mal entendida y mal gestionada puede llevar a abusos y violencias. Sin embargo, es responsabilidad de la sociedad promover una educación sexual integral que permita a cada individuo entender su sexualidad de una manera sana y respetuosa.

Este debate es especialmente importante en el contexto actual, donde aún existen prejuicios y desigualdades en el ámbito de la sexualidad. Para superar estos desafíos, es necesario promover un discurso inclusivo y respetuoso que permita a cada individuo vivir su sexualidad de manera libre y segura.

Origen del conocimiento del obispo un misterio

Las declaraciones del obispo Fernández sobre la sexualidad han despertado críticas y han abierto un debate necesario. Aunque su visión parece desfasada en la sociedad contemporánea, su mensaje nos recuerda la importancia de seguir luchando por una educación sexual integral y respetuosa. En última instancia, es responsabilidad de todos nosotros promover un entendimiento de la sexualidad que reconozca y respete la diversidad y la libertad individual, mientras se combate contra cualquier forma de abuso o explotación.