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Inicia el desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña

Laura Rangel Ybarra

17 de julio de 2023 | 6:00 pm

El plan de desmantelamiento

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha aprobado el inicio del desmantelamiento de la central nuclear de Santa María de Garoña. El proyecto se extenderá hasta 2033 y consta de dos fases, con una inversión estimada de 475 millones de euros. Se prevé que hasta 350 personas trabajen en el proyecto simultáneamente.

Enresa, empresa responsable del desmantelamiento, tomará la titularidad de la instalación que antes pertenecía a Nuclenor. Esta transferencia se hará efectiva en los próximos días.

Apoyo a los municipios afectados

El Instituto para la Transición Justa (ITJ) ha colaborado desde 2020 con los 27 municipios afectados por el cierre de la instalación, proporcionando financiamiento para 12 proyectos municipales con una inversión total de 7,7 millones de euros. Estas iniciativas buscan minimizar el impacto socioeconómico del cierre de la central.

Historia de la central de Garoña

Situada en el Valle de Tobalina (Burgos), la central de Garoña se inauguró en 1971 y dejó de estar conectada a la red eléctrica en diciembre de 2012. Su cese de explotación se declaró en julio de 2013, pero no se debió a razones de seguridad nuclear o protección radiológica. Nuclenor solicitó la renovación de la autorización en mayo de 2014, pero fue denegada en agosto de 2017.

Detalles de las fases del desmantelamiento

En la Fase 1 (2023-2026), se desmontarán los sistemas, estructuras y componentes del edificio de la turbina y se realizarán las modificaciones necesarias para la gestión de los residuos resultantes. Durante esta fase, también se trasladará el combustible gastado desde la piscina hasta el Almacén Temporal Individualizado (ATI) de la central.

La Fase 2 (2027-2033) se iniciará una vez que el combustible esté en el ATI. En esta fase, se llevará a cabo el desmantelamiento final de los edificios de carácter radiológico, continuando con las descontaminaciones, desclasificaciones y demoliciones, hasta la restauración final del emplazamiento.

Con la autorización del Gobierno y la futura transferencia de la titularidad a Enresa, las obras de desmantelamiento pueden comenzar, marcando el inicio de un nuevo capítulo en la historia de la energía nuclear en España.

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