1 de abril de 2025 | 5:33

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Euro digital ¿ restricciones al uso del dinero ?

Mairenis Gómez

30 de marzo de 2025 | 11:16 am

Marc Vidal alerta sobre los riesgos de control y pérdida de libertad económica que esconde la CBDC europea

La puesta en marcha del euro digital, impulsada por el Banco Central Europeo (BCE), se vende como una apuesta por la modernidad y la soberanía monetaria europea. Sin embargo, voces críticas como la del economista español Marc Vidal advierten que este proyecto esconde un trasfondo mucho más inquietante: una infraestructura de vigilancia financiera sin precedentes.

En un reciente análisis difundido en su canal de YouTube, Vidal califica al euro digital como “el mayor sistema de control financiero de la historia”. A su juicio, se trata de una iniciativa impulsada no por la demanda ciudadana, sino por una necesidad institucional camuflada, surgida del contexto actual: deuda pública récord en la eurozona, inflación persistente y costosos planes de rearme militar.

Moneda digital con fecha de caducidad y límites de tenencia

Marc Vidal sostiene que la CBDC europea (moneda digital de banco central) no es una simple evolución tecnológica del dinero físico, sino un instrumento que abre la puerta a políticas monetarias imposibles hoy con el efectivo. Entre ellas, destaca tres especialmente preocupantes: intereses negativos obligatorios sobre los ahorros, dinero con fecha de caducidad para forzar el consumo, y restricciones al gasto por sectores. “No digo que lo vayan a hacer, pero técnicamente podrán”, insiste.

A pesar de las promesas del BCE de respetar la privacidad, Vidal señala una gran diferencia: el efectivo es anónimo, pero el euro digital dejará un registro de cada transacción. Este rastro digital permitiría —en caso de abusos— controlar patrones de consumo o penalizar comportamientos “indeseados”, como ya ocurre en países como China.

Una de las cuestiones más controvertidas es la imposición de límites de tenencia, entre 3.000 y 8.000 euros por persona. Para el economista, esa decisión no protege al ciudadano, sino al sistema bancario tradicional: “Si el euro digital es tan beneficioso, ¿por qué restringirlo? Porque no quieren que la gente saque su dinero de los bancos”.

Lecciones globales y una advertencia para Europa

Vidal recuerda que otros países que han implementado sus propias CBDC ofrecen una advertencia clara. En Nigeria, la eNaira apenas ha sido adoptada por el 0,5% de la población. En China, el yuan digital ya permite al gobierno vigilar y limitar compras según criterios ideológicos o políticos. En contraste, Donald Trump rechazó rotundamente el dólar digital en EE. UU., priorizando la autonomía individual sobre la centralización monetaria.

Desde esta perspectiva, el economista español considera que el euro digital es una “jaula dorada” disfrazada de progreso. “Se invoca la soberanía colectiva para justificar una reducción de la libertad individual”, denuncia. Si se aprueba sin debate, esta herramienta puede volverse contra los ciudadanos, dándoles a los gobiernos y al BCE un poder descomunal sobre el uso cotidiano del dinero.

¿Innovación o vigilancia encubierta?

Marc Vidal remata su reflexión con una metáfora poderosa: el euro digital es un caballo de Troya, una innovación envuelta en promesas de eficiencia, que en su interior oculta mecanismos de vigilancia quirúrgica. A pesar de su carácter aparentemente inevitable, Vidal lanza un mensaje de esperanza y movilización: “La batalla no está perdida. Exijamos transparencia antes de que decidan por nosotros”.

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