El ciudadano Borbón no vino a navegar

Cortina de humo en las regatas de Sanxenxo

El exmonarca se reúne en secreto para resolver asuntos económicos y familiares. Juan Carlos I ha vuelto a España, pero no por motivos de ocio como muchos creían. Aunque el emérito disfrutó de las regatas de Sanxenxo, esto solo servía como cortina de humo para encubrir sus verdaderas intenciones.

Arreglando papeles y solucionando herencias

El exmonarca tiene como objetivo “arreglar papeles” y solucionar asuntos relacionados con la herencia destinada a la infanta Elena y a la infanta Cristina. Juan Carlos I necesita vender varias propiedades en Barcelona y Galicia que se encuentran a nombre de terceras personas. Tras la renuncia de Felipe VI, las infantas recibirán alrededor de 2 mil millones de euros en herencia.

Viaje lleno de reuniones y negociaciones

El viaje del emérito ha incluido varias paradas en distintas ciudades y encuentros con personajes clave. Además de su estancia en Pontevedra, pasó unos días en Vitoria, donde vive su yerno, Iñaki Urdangarin. El exmonarca estaría ayudando a la infanta Cristina con su divorcio y negociando detalles con el entorno de Urdangarin.

Reuniones económicas en agenda

Aunque la agenda pública de Juan Carlos I incluía eventos deportivos y encuentros médicos, en su agenda privada se registraron reuniones para tratar asuntos económicos en todos los casos.

El verdadero objetivo del viaje

Fuentes consultadas por Informalia afirman que Juan Carlos I ha pasado la mayor parte de su tiempo en Galicia firmando papeles y llegando a acuerdos con un testaferro catalán. Solo habría navegado unas pocas horas en Sanxenxo para que los periodistas obtuvieran las fotografías necesarias.

El objetivo principal del viaje sería negociar con Iñaki Urdangarin y asegurar que la información en manos de su antiguo yerno no dañe la actual Casa Real ni la jefatura de Estado de Felipe VI. El exmonarca estaría intentando proteger a su hijo y a la institución de cualquier escándalo relacionado con sus acciones pasadas, incluyendo operaciones realizadas junto a Urdangarin en el momento en que mantenía una relación con Corinna Larsen.

El viaje de Juan Carlos I, lejos de ser un mero placer, ha estado lleno de reuniones y negociaciones con el propósito de resolver asuntos económicos y familiares, así como proteger la reputación de la Corona.