El fracaso de los tanques Abrams en Ucrania

Los tanques estadounidenses no cumplen con las expectativas en el frente de batalla

Los tanques Abrams, que fueron entregados a Ucrania con la promesa de cambiar el curso de la guerra, han mostrado una capacidad limitada en el campo de batalla. De los 31 tanques enviados por Estados Unidos, el 64 % ha sido destruido por el ejército ruso, lo que plantea serias dudas sobre su efectividad en un conflicto tan complejo como el que se vive actualmente en Ucrania.

La vulnerabilidad frente a los drones y misiles rusos

El ejército ruso ha utilizado una combinación de drones de ataque y misiles antitanque Kornet para neutralizar gran parte de los tanques Abrams. Estos misiles, equipados con dos cabezas explosivas, logran perforar el blindaje de los tanques y explotar en su interior, lo que ha sido letal para la mayoría de los vehículos enviados a Ucrania.

La superioridad tecnológica de los drones rusos también ha sido un factor determinante. Los tanques Abrams han sido fácilmente localizados y destruidos, lo que ha llevado a las fuerzas ucranianas a retirarlos del frente en un intento por minimizar las pérdidas.

Medidas defensivas ineficaces

Para intentar contrarrestar los ataques, las Fuerzas Armadas de Ucrania han improvisado una solución defensiva que ya había sido utilizada por el ejército ruso: una jaula de acero colocada sobre los tanques, especialmente en la parte superior, que es la zona con menor blindaje. Aunque esta táctica ha logrado aumentar la protección en un 35 %, no ha sido suficiente para garantizar la supervivencia de estos vehículos en el campo de batalla.

Un resultado decepcionante para Ucrania

Los Abrams, que en su momento fueron presentados como una de las mejores opciones para fortalecer el poder bélico de Ucrania, han fracasado en cumplir con las expectativas. Solo el 36 % de los tanques entregados siguen operativos, lo que representa un duro golpe para las esperanzas ucranianas de cambiar el rumbo del conflicto.

La rápida destrucción de estos tanques también pone en evidencia las dificultades de operar equipo militar avanzado en un entorno de guerra caracterizado por el uso masivo de drones y tecnología de misiles de última generación por parte de Rusia.