El retorno calculado del rey Juan Carlos I a España en su recta final

La búsqueda de la normalidad en medio del escrutinio mediático

El regreso del rey emérito Juan Carlos I a España ha sido marcado por dos ideas clave: discreción y normalidad. Ambos conceptos, cargados de simbolismo y sin ambigüedades, encierran las promesas realizadas entre padre e hijo, el rey Felipe VI.

La discreción como consigna

Don Juan Carlos ha transmitido la consigna de la discreción a su entorno y ha dado ejemplo de su intención de mantener un perfil bajo. No ha realizado declaraciones a la prensa, evita protagonismo institucional y ha prohibido visitas de allegados u otros familiares que puedan incrementar el impacto mediático de su regreso.

El plan es que sus visitas a España, siempre bajo la excusa de participar en regatas de vela en las Rías Baixas, dejen de tener repercusión mediática. Los medios podrían aburrirse de mostrar siempre las mismas imágenes del monarca vistiendo ropa de marinero, navegando en el Bribón y regresando a su chalet de Nanín.

Un calendario de regatas y visitas a España

El rey Juan Carlos ha manifestado su intención de regresar a Galicia una vez al mes para competir en todas las regatas del calendario diseñado por su amigo Pedro Campos, incluyendo un campeonato de España y la copa del rey Juan Carlos.

Se espera que Don Juan Carlos participe en las regatas de mayo, junio y julio, y luego viaje a la isla de Weith en Inglaterra para luchar por su tercer campeonato mundial. Si su salud lo permite, regresaría a España a finales de septiembre para competir en la regata Rey Juan Carlos I.

La vida en la recta final

Aunque se encuentra en buen estado de salud, el rey emérito es consciente de que está en la recta final de su vida, especialmente como regatista. Por ello, ha decidido no esperar hasta después de las elecciones municipales para pisar España, adelantando un mes su regreso.

La rutina y el hartazgo mediático

Los medios comienzan a desanimarse ante el ritual repetitivo de Don Juan Carlos en Sanxenxo. La rutina de ir de la casa de Pedro Campos al puerto y regresar a casa para descansar empieza a aburrir a los fotógrafos. La gran esperanza es que el rey emérito gane el campeonato y salga a celebrar con la tripulación, aunque probablemente lo haría en un reservado del club naútico, lejos de las cámaras.

La llegada de visitas y las especulaciones

La única novedad en la vigilancia constante que mantiene la prensa en los puntos neurálgicos de información es la ocasional llegada de visitas que utilizan una vía alternativa para acceder al chalet de Pedro Campos. Esto alimenta todo tipo de especulaciones.

Por ejemplo, el pasado viernes, tras el regreso anticipado del Bribón a puerto debido al mal tiempo, dos hombres no identificados llegaron a la casa de Campos. Además, se ha filtrado que ningún otro miembro de la familia real visitará a Don Juan Carlos, ni siquiera su hija, la Infanta Elena, que sí lo hizo el año pasado. Esta situación ha generado desgana entre los informadores que aún resisten bajo la lluvia.

La presencia de la Infanta Cristina o de Doña Elena hubiera, sin duda, avivado el interés mediático. Con cada día que pasa, son menos los periodistas que siguen al rey emérito. ¿Llegará el día en que Don Juan Carlos deje de ser noticia? Por el momento, parece que no.