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El turismo empieza a pinchar

Miguel Castillo

16 de julio de 2023 | 8:00 pm

Benalmádena, lugar predilecto de la Costa del Sol, muestra este verano un rostro atípico. El bullicio ha dejado paso a una tranquilidad inusitada: el 90% de las hamacas desocupadas, escasos turistas tomando el sol y comerciantes locales lidiando con ventas ínfimas de productos refrescantes. Este panorama, impropio incluso para los tiempos de pandemia, lleva a una inevitable pregunta: ¿qué sucede en Benalmádena?

El misterio del descenso turístico

Benalmádena siempre ha cautivado a los visitantes con su clima idílico, sus playas de ensueño y su ajetreada vida nocturna. No obstante, este año se presenta un cambio dramático en este escenario. Los vendedores locales de bebidas refrescantes y cervezas relatan ventas mínimas, algo no visto ni siquiera en los peores momentos de la pandemia.

Un vendedor de hamacas, testigo de numerosos veranos en esta playa, admite que nunca ha presenciado algo similar. Las hamacas, habitualmente reservadas con semanas de antelación, permanecen en su mayoría desocupadas.

Buscando respuestas al misterio

La ausencia de este tema en los medios de comunicación invita a cuestionar: ¿cuál es el origen de este fenómeno desconcertante? Aunque no existe una confirmación oficial, podemos especular sobre varias causas.

Una posible explicación es la inseguridad generada por la pandemia y sus consecuentes vaivenes. A pesar de los significativos avances en la vacunación en España y la mejoría general de la situación, el temor a nuevas variantes y a una posible nueva ola podría estar desalentando a los turistas.

Además, la crisis económica resultante de la pandemia podría estar impactando en la capacidad de muchos para permitirse unas vacaciones. Este hecho, junto con la reducción de salarios y horas de trabajo por parte de muchas empresas, ha disminuido el poder adquisitivo de los ciudadanos.

El impacto en la economía local

Este escenario tiene serias implicaciones para la economía local de Benalmádena, donde el turismo juega un papel crucial. Los pequeños comerciantes, que dependen en gran medida de las ventas estivales, se encuentran en un estado de incertidumbre y temor ante la ausencia de clientes.

Por su parte, la baja ocupación de las hamacas también implica una disminución considerable de los ingresos para aquellos encargados de su alquiler. La desocupación de estos elementos, tan emblemáticos de las playas españolas, es un claro indicador de la disminución de la actividad turística.

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