Feijóo ya no habla de economía y ahora es un ayuser más

La política española, siempre en constante evolución, nos invita a reflexionar sobre las acciones y estrategias de nuestros líderes. Alberto Núñez Feijóo, ex presidente de la Xunta de Galicia, es un perfecto ejemplo de ello.

El cambio discursivo de Feijóo

Feijóo, una vez centrado en temas económicos y de empleo, ha experimentado una transformación discursiva notable. Su retórica, ahora, parece sumida en una batalla continua contra las políticas del gobierno de Sánchez. La simplificación de su discurso a bulos y críticas al «sanchismo» es un reflejo de la creciente polarización en la política española.

Éxito económico en la sombra

A pesar de la retórica polarizante, cabe resaltar que la creación de empresas en España ha aumentado un 8,9% en marzo, la cifra más alta desde 2007. Este éxito económico, significativo pero raramente mencionado en el discurso de Feijóo o de sus homólogos en el Partido Popular (PP), parece pasar desapercibido.

Jaque a los pactos políticos

La postura de Feijóo hacia los pactos con independentistas ha dado un giro notable. Antes consideraba cualquier acercamiento a estos como un acto de «sanchismo ilegítimo». Sin embargo, cuando los independentistas son gallegos, como el Bloque Nacionalista Galego (BNG), Feijóo ha demostrado estar dispuesto a romper con el PSOE y pactar con el BNG. Este cambio de actitud exhibe una doble moral en su estrategia política.

Un legado político a examinar

Es imperativo examinar y criticar estas tácticas y estrategias. Los líderes políticos deben ser responsables de su retórica y de las decisiones que toman. El cambio discursivo de Feijóo y su disposición a variar su postura con respecto a los pactos políticos merecen un análisis profundo.

El éxito económico de España, evidente en el crecimiento de la creación de empresas, es raramente mencionado por Feijóo. En lugar de eso, parece más centrado en atacar las políticas del gobierno de Sánchez y en manipular alianzas políticas para su beneficio.

Los ciudadanos deben estar al tanto de las tácticas de sus líderes políticos y exigir responsabilidad y transparencia en todo momento. Solo así se garantiza una democracia saludable y justa.