30 de abril de 2024 | 1:14

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Implementan IA para corregir exámenes sustituyendo a 4.000 examinadores humanos

La inteligencia artificial entra en el terreno de predecir la muerte

Jesús Carames

15 de abril de 2024 | 2:45 pm

En un movimiento que destaca la creciente influencia de la inteligencia artificial en el sector educativo, el estado de Texas ha decidido reemplazar a 4,000 examinadores humanos con sistemas de IA para la corrección de exámenes estatales. Este cambio se implementará para la evaluación STAAR, que es fundamental para la medición de competencias académicas en diversas materias entre los estudiantes de Texas.

Hasta ahora, Texas contrataba anualmente a unos 6,000 examinadores temporales, principalmente profesores, que dedicaban varias semanas a corregir estos exámenes. Sin embargo, para el año 2024, este número se reducirá a menos de 2,000 debido a la introducción de la IA en el proceso de corrección. Esta reducción representa no solo un cambio significativo en la metodología de evaluación sino también un duro golpe laboral para los profesionales que dependían de este ingreso temporal.

La medida, según José Ríos, director de evaluación de estudiantes de la Agencia de Educación de Texas, permitirá al estado ahorrar entre 15 y 20 millones de dólares anuales. Aunque económicamente puede parecer beneficioso, este ahorro ha suscitado un intenso debate sobre las consecuencias de reemplazar empleos humanos con tecnología y sobre la calidad de la evaluación que la IA puede ofrecer.

El STAAR no solo evalúa conocimientos básicos; también incluye componentes de respuesta libre, especialmente en escritura, lo que complica la tarea de una evaluación objetiva por parte de la IA. La agencia educativa ha indicado que la IA ha sido entrenada con miles de ejemplos ya evaluados por humanos, pero incluso con esta preparación, existen preocupaciones significativas sobre su capacidad para interpretar respuestas creativas o no convencionales que podrían ser bien valoradas por un humano.

En respuesta a estas preocupaciones, se ha establecido que aproximadamente el 25% de los exámenes corregidos por la IA serán revisados por examinadores humanos. Además, la IA está programada para identificar respuestas que no comprende completamente para que un humano pueda evaluarlas.

La decisión de implementar esta tecnología ha sido criticada no solo por los profesionales afectados sino también por padres y educadores, quienes argumentan que no se les ha consultado adecuadamente. Existe un temor palpable de que las respuestas innovadoras o únicas de los estudiantes puedan ser malinterpretadas o injustamente penalizadas por algoritmos que, por su naturaleza, pueden no ser capaces de apreciar la ingenuidad humana.

Este cambio en Texas podría ser un presagio de lo que está por venir en otras partes del mundo, donde la IA continúa integrándose en diferentes sectores. La situación plantea preguntas cruciales sobre el equilibrio entre eficiencia tecnológica y empleo humano, así como sobre la fiabilidad de la IA en roles tradicionalmente humanos, especialmente en campos tan subjetivos como la educación.

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