22 de septiembre de 2024 | 7:52

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Israel a por el Líbano y después a por Irán

Netanyahu se compromete a negociar por los rehenes mientras continúa el conflicto

Jesús Carames

22 de septiembre de 2024 | 5:17 pm

La compleja estrategia militar de Israel en Medio Oriente

La reciente demostración de fuerza por parte de los servicios secretos israelíes ha puesto en el centro de atención las tácticas empleadas por Israel en su guerra contra Hamás y sus aliados. El ataque, que logró detonar sistemas de comunicación de miembros de Hezbolá a distancia, ha sido visto como una victoria estratégica para Netanyahu, pero también plantea preguntas sobre el futuro de los conflictos en la región.

Tecnología avanzada, pero ¿miles de bombardeos en Gaza?

Israel ha mostrado su capacidad tecnológica para llevar a cabo ataques quirúrgicos en zonas críticas, como la eliminación de líderes de Hamás en Teherán o las operaciones contra Hezbolá. Sin embargo, las críticas se centran en la devastación masiva en Gaza, donde más de 5.000 bombardeos han matado a miles de civiles, incluidos niños, con el pretexto de eliminar a militantes de Hamás.

La inconsistencia es evidente: mientras los servicios secretos israelíes pueden realizar ataques precisos, la brutalidad empleada en Gaza genera cuestionamientos sobre si se podría haber actuado de manera más selectiva y menos destructiva.

El silencio de las alarmas el 7 de octubre

Otra cuestión inquietante es cómo los sistemas de seguridad israelíes no detectaron a tiempo el ataque del 7 de octubre de Hamás, a pesar de que, supuestamente, la operación fue planeada durante meses. La incursión de cientos de terroristas por la frontera dejó al descubierto fallos en la inteligencia militar de Israel, algo que contradice su reputación de eficiencia.

Este episodio ha reforzado la narrativa de Netanyahu sobre la necesidad de una ofensiva contundente para garantizar la seguridad de Israel, pero también ha avivado las críticas internacionales.

Líbano, el siguiente objetivo

Con las tensiones en aumento, muchos analistas señalan al Líbano como el próximo campo de batalla en los planes de Netanyahu. Hezbolá, apoyado por Irán, ha sido históricamente un enemigo formidable para Israel, y el control del sur del país es clave para neutralizar la influencia iraní en la región. Además, las disputas territoriales por las reservas de gas en el Mediterráneo oriental añaden una nueva capa de complejidad al conflicto, ya que ambos países reclaman derechos sobre estas áreas ricas en recursos.

El papel de Estados Unidos

El único poder capaz de frenar las ambiciones de Netanyahu parece ser Joe Biden, pero su administración no está dispuesta a asumir esa posición en medio de una precampaña electoral. El lobby judío es crucial para los demócratas de cara a las elecciones del 5 de noviembre, por lo que el apoyo a Israel se mantiene firme. En este contexto, Netanyahu tiene las manos libres para seguir adelante con sus operaciones, tanto en Gaza como en su posible expansión hacia Líbano.

Irán: el gran desafío

Para Israel, la confrontación final podría ser con Irán, un enemigo que cuenta con el apoyo de China, Corea del Norte y Rusia. Sin embargo, atacar directamente a Irán desencadenaría un conflicto a escala global que involucraría a las mayores potencias del mundo. Netanyahu sabe que, para ese enfrentamiento, necesita a un Estados Unidos fuerte y a un presidente que respalde sus decisiones sin titubeos, lo cual podría llegar después de las próximas elecciones.

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