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La colleja de Florentino Pérez al alcalde de Madrid para que sepas quien manda en la capital

Miguel Castillo

23 de mayo de 2023 | 8:15 pm

El poder, a menudo, se demuestra más en un gesto que en mil palabras. Y en la capital de España, un reciente incidente ha dejado entrever un juego de poder que hasta ahora permanecía oculto. El empresario Florentino Pérez le propinó una colleja al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ante las cámaras de televisión, dejando a todos atónitos.

El gesto y la reacción: un tira y afloja de poder

Este gesto y la subsiguiente reacción del alcalde, que se limitó a sonreír ante la acción de Pérez, han suscitado la pregunta que muchos madrileños se están haciendo: ¿Quién manda realmente en Madrid? ¿Es el alcalde quien dirige la ciudad, o existe un poder invisible, ejercido por personajes influyentes como Pérez, que controla la política y el futuro de la capital?

La colleja de Florentino a Almeida no es una mera anécdota. Es un gesto que simboliza y revela la relación de poder existente entre los dos personajes y, por extensión, entre el mundo empresarial y el político. Un gesto que parece indicar que el verdadero mando no reside en la alcaldía, sino en las manos de quienes detentan el capital y los intereses económicos.

El amo y el siervo: una realidad oculta en la política madrileña

La naturaleza del poder en Madrid se hizo visible a través de este pequeño pero significativo incidente. Pérez, al otorgarse la libertad de propinar una colleja a Almeida y pedirle que regrese dentro de un mes, parece ejercer un control y una autoridad que van más allá de lo meramente simbólico.

Los políticos están para servir al público, para defender los intereses de los ciudadanos que les han elegido. Pero este incidente plantea una interrogante: ¿Están algunos políticos, en realidad, al servicio de los poderes económicos?

El hecho de que Pérez pueda humillar públicamente a Almeida y de que este último lo acepte con una sonrisa es preocupante. Al final, el que parece tomar las decisiones es el empresario, el amo que puede actuar impunemente y hacer lo que le plazca con sus «lacayos».

Este incidente ha hecho visible lo que muchos sospechaban: la presencia de un poder oculto que controla la política madrileña desde las sombras. Un poder que parece estar más interesado en proteger sus privilegios y en garantizar la defensa de sus intereses, que en buscar el bienestar y el progreso de los ciudadanos de Madrid.

Los madrileños, y la ciudadanía española en general, deben estar atentos y exigir a sus representantes que actúen siempre en su beneficio y no en el de unos pocos privilegiados. Es necesario un debate público sobre quién controla realmente Madrid, y cómo asegurar que el poder político sirve al pueblo y no a intereses económicos particulares.

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