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La derechización del PP arrincona a la extrema derecha en el fascismo

Mairenis Gómez

25 de junio de 2023 | 3:00 pm

La línea divisoria en Vox se vuelve cada vez más clara. La reciente salida de Macarena Olona y la progresiva derechización del Partido Popular han llevado a la formación política a adentrarse aún más en la senda de la radicalización, y el sector ultraderechista encabezado por Jorge Buxadé parece tomar las riendas.

Buxadé toma el poder

Considerado el «capataz del señor feudal», Buxadé, que antaño fuera miembro de la falange, parece desplazar a Iván Espinosa de los Monteros en la lucha interna por la supremacía en el partido. Cada vez más, Buxadé se convierte en el rostro visible de la línea dura en Vox, alejándose del ala más moderada que Espinosa de los Monteros y Rocío Monasterio representaban.

Una batalla interna de ideologías

La bifurcación ideológica en Vox no es nueva. Por un lado, encontramos la corriente conservadora liberal, que hasta hace poco, se consideraba la más moderada. Por otro lado, tenemos la corriente nacional católica, ahora fortalecida con Buxadé al frente y su leal aliado Ignacio Garriga. Con el creciente apoyo de Santiago Abascal a esta última, las tensiones internas parecen incrementar.

Un cambio en la estrategia política

Buxadé, contrario a la anterior estrategia de apoyar al Partido Popular en ciertos gobiernos, como en Andalucía o Madrid, insiste en un cambio de rumbo. «No habrá ni regalos, ni chantajes». Buxadé parece no tener reparo en desafiar a los líderes del Partido Popular, utilizando situaciones como las recientes negociaciones en Extremadura para exponer lo que considera incoherencias en el partido contrario.

Un pacto como ejemplo y una amenaza para el futuro

Abascal, presidente de Vox, ha alabado el pacto alcanzado por Vox y el Partido Popular en la Comunidad Valenciana como un ejemplo de «sensatez». Sin embargo, Abascal añade que su objetivo es superar al Partido Popular en las próximas elecciones generales, una tarea que, bajo la tutela de Buxadé, parece cada vez más plausible.

El futuro del partido

Buxadé se erige cada vez más como una figura dominante dentro de Vox, dejando su marca en las listas al Congreso y al Senado. María de la Cabeza Ruiz Solas, su mano derecha, figura como número dos por Madrid, y Rocío Monasterio parece perder cada vez más influencia. La radicalización de Vox, con Buxadé al frente, se presenta como una realidad innegable.

En el horizonte político español, la posibilidad de una Vox cada vez más extremista y menos moderada se vuelve una realidad ineludible. Solo el tiempo dirá cuán profundo será el impacto de este cambio en la política española.

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