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Las Banlieues francesas: Las cicatrices ocultas de la «joie de vivre»

Mairenis Gómez

1 de julio de 2023 | 11:30 am

El origen del problema de integración en Francia: las «banlieues»

Hace décadas, Francia exportó la palabra «banlieue», esa periferia de «cités», barriadas impersonales y duras construidas con lo peor del desarrollismo. No podemos confundirlas con el término «ciudad», estas son formaciones de viviendas concentradas en la periferia, a menudo aisladas por una estructura de ciudad tipo «donut». Las banlieues son producto de un modelo urbanístico que se fue expandiendo en anillos exteriores, apartados de los centros urbanos, donde se amontonaba a la inmigración pobre.

Inmigrantes en las «banlieues»

Fueron estos lugares donde se asentaron centenares de miles de españoles, italianos, portugueses, y también, ciudadanos de antiguas colonias y protectorados: africanos y magrebíes. Estas «banlieues» se convirtieron en ghettos, auténticos polvorines humanos. Sin duda, en España también tenemos zonas similares, pero las dimensiones de este fenómeno en Francia están a otro nivel.

La exclusión de los ciudadanos de «banlieues»

Estas áreas han sido históricamente alejadas, mal comunicadas, y provistas de peores servicios públicos. Generaciones de residentes de las «banlieues» han venido sintiéndose como ciudadanos de segunda categoría. De esta manera, se cuestiona el modelo de integración francés, que propugna la asimilación: todos deben adoptar las costumbres del Estado, sin excepciones. No obstante, los residentes de las «banlieues» se sienten abandonados, afirmando que ese Estado no cumple con su parte del pacto.

El color de piel y la discriminación

En estas zonas, si eres negro o pareces magrebí, recibirás un peor trato que si pareces europeo. Si tu nombre suena a negro o magrebí, no mirarán igual tu currículum. Viven en la ciudad más famosa y admirada del mundo, en el país de la «joie de vivre», pero ellos ni lo atisban.

Un sistema de educación que olvida

Recordemos un reportaje de hace 25-30 años en el que maestros voluntariosos organizaban visitas a París con adolescentes de… París. Habían nacido y crecido en París, pero nunca habían visto Notre Dame, la Torre Eiffel o los Campos Eliseos. Estos jóvenes, hijos de la gran metrópoli, no conocían la esencia de la ciudad que los vio nacer.

La percepción externa y la «teoría del ‘grand remplacement'»

Existe un sector creciente de «franceses-franceses», blancos, que ven esos barrios en la tv, redes o en persona y se sienten invadidos. «Francia ya no es Francia», expresan. Ven gente vestida con chilabas, cabezas cubiertas con velo, barbas largas y «no oyes hablar francés»… Surge así la teoría del «grand remplacement», la gran sustitución, según la cual, los blancos de cultura cristiana estamos siendo víctimas de una conspiración para suprimir nuestra civilización y sustituirla por la musulmana, con la aquiescencia de la izquierda buenista, cómplice de esa gran sustitución en nombre de la multiculturalidad.

El surgimiento de la «islamo-izquierdismo»

En la Francia contemporánea, hay dos partidos que se disputan el voto de ese electorado que se siente desplazado, en un país «que ya no es el suyo», con incertezas donde hubo certezas. Esos partidos son el de Marine Le Pen, heredera del Frente Nacional que fundó su padre y al que le ha dado una capa de pintura, y Éric Zemmour, que ha bautizado a su partido «Reconquête», Reconquista.

La realidad de las «banlieues» en el cine francés

El cine francés lleva al menos tres décadas reflejando la realidad y complejidades de esas «banlieues». Desde el primer gran impacto que causó «La haine» (el odio) de 1995, hasta hoy, estas películas han servido como un medio para comprender las diversas dinámicas de estas comunidades y los desafíos que enfrentan.

¿Es posible salir de las «banlieues»?

Por supuesto, hay quienes logran salir de ese hoyo y progresar en la vida, pero montarse en el ascensor social cuando te has criado en esas barriadas es mucho más difícil. En ellas, existe una violencia desmedida, como la que vimos con la reforma de las pensiones y los chalecos amarillos.

Como señalé antes, con 17 años, la generación de Nahel es hija o incluso nieta de aquellos «hijos de la inmigración» de los 80s-90s. Son franceses de hecho, pero el video de cómo murió Nahel los reafirma en que no lo son de derecho.

En conclusión, las «banlieues» son las heridas abiertas de la «joie de vivre», un recordatorio de que la visión idealizada que tenemos de Francia es solo una cara de la moneda. Las «banlieues» son la otra cara, y es una que debemos enfrentar si queremos entender realmente a Francia en toda su complejidad.

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