Oihane Hernández, la bizkaitarra campeona del mundo

La brillantez de Hernández en el Mundial de Fútbol

Tras una reñida final disputada entre España y Inglaterra, el equipo español se alzó victorioso en el Mundial celebrado entre Australia y Nueva Zelanda. Este triunfo no solo marcó un hito en la historia del fútbol femenino español, sino que también resaltó la presencia de dos jugadoras vascas en el equipo: Irene Paredes y Oihane Hernández. Ambas, con raíces en el Athletic Club de Bilbao, mostraron su destreza y habilidades en el terreno de juego.

Las primeras vascas campeonas del mundo

El logro de Hernández y Paredes es monumental. Son las primeras mujeres de Euskal Herria en conquistar un Mundial de Fútbol. Esta distinción hasta ahora solo había sido alcanzada por jugadores masculinos de renombre como Bixente Lizarazu, Didier Deschamps, Javi Martínez, Xabi Alonso y Fernando Llorente. Sin embargo, este reciente triunfo abre un nuevo capítulo en la historia del deporte vasco, donde las mujeres también emergen como campeonas en la arena global.

Destacada participación de Oihane en la final

Durante la final, el gol que selló la victoria española vino de Carmona en el minuto 29. Sin embargo, la entrada de Hernández al campo en el minuto 60, reemplazando a Alba Redondo, fortaleció la defensa española desde el flanco derecho. La joven de 23 años, oriunda de Sopela, ha demostrado ser una figura clave en las etapas decisivas del torneo.

La carrera de Oihane ha sido ascendente desde su debut con el primer equipo del Athletic en la temporada 2018-2019. En su trayectoria con el club, ha disputado 109 partidos y ha marcado tres goles en cinco temporadas. Sin embargo, el futuro de Hernández promete más éxitos, ya que se unirá a las filas del Real Madrid a partir de la próxima temporada.

Este triunfo y la destacada actuación de las jugadoras vascas refleja el constante crecimiento y fortaleza del fútbol femenino en Euskal Herria y España. Con talentos como Hernández al frente, el futuro del deporte rey en el país luce más brillante que nunca.