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Pedro Sánchez tiene que resistir

Pedro Sánchez asume como presidente del Gobierno tras su ceremonia de investidura en el Congreso.

Mairenis Gómez

27 de abril de 2024 | 7:32 pm

Pedro Sánchez, en su calidad de presidente del Gobierno, enfrenta un desafío crucial en el panorama político actual de España, donde las fuerzas conservadoras buscan erosionar los pilares de su administración. La derecha en España, con una herencia marcada por su vinculación al franquismo, no solo se opone ideológicamente al gobierno socialista, sino que también se implica en estrategias que rayan en el lawfare, utilizando el sistema judicial como un arma política para debilitar al adversario.

La resistencia de Pedro Sánchez es vital para la democracia

En este contexto, la figura de Sánchez emerge como un baluarte necesario contra la regresión a políticas autoritarias disfrazadas de populismo conservador. Sus decisiones, aunque a veces controvertidas, como la no derogación completa de la ley mordaza o la exclusión de ciertos animales de la ley de bienestar animal, no deben eclipsar sus esfuerzos por mantener a España en una ruta progresista en medio de una Europa cada vez más inclinada hacia el nacionalismo excluyente.

Sánchez se encuentra en una encrucijada donde su liderazgo no solo se desafía en las urnas o en el parlamento, sino en una batalla constante contra una campaña de desinformación y ataques coordinados que tienen eco en sectores del poder judicial, mediático y empresarial. Estos sectores, influenciados por intereses profundos arraigados en el antiguo régimen franquista, ven en el gobierno de coalición una amenaza a sus privilegios.

El papel de la derecha española en el panorama político global

Es imperativo destacar que el avance de la derecha en España no es un fenómeno aislado, sino parte de una tendencia global que busca desmantelar los avances en derechos humanos, igualdad y justicia social. Figuras como Ayuso, Abascal y Feijoo, lejos de representar un cambio constructivo, propugnan una política de regresión que resonaría con los sectores más reaccionarios a nivel mundial.

La resistencia de Sánchez es, por tanto, más que una mera lucha por el poder; es una defensa de una visión de España como país abierto, inclusivo y progresista. Enfrentarse a la derecha no es solo enfrentarse a un adversario político, sino enfrentarse a una visión de España que busca retroceder a épocas de exclusión y autoritarismo.

Un llamado a la acción progresista

La situación actual demanda que Sánchez adopte un perfil aún más decidido en la promoción de políticas que beneficien a la mayoría y protejan a los más vulnerables. Esto implica no solo resistir los embates de la derecha, sino también llevar a cabo reformas significativas que aseguren que los derechos sociales y económicos sean la piedra angular de su gobierno. Además, necesita reforzar alianzas tanto dentro como fuera del país para asegurar un respaldo firme contra las presiones que enfrenta.

En conclusión, Pedro Sánchez no solo debe resistir por el bien de su partido o su posición, sino por el bien de una España que se enfrenta a una encrucijada histórica. Su capacidad para mantenerse firme y progresar en sus políticas determinará no solo su futuro político, sino también el futuro de España como un actor clave en un mundo que lucha entre el avance de la igualdad y el resurgimiento del autoritarismo.

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