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¿ Por qué solo sube desorbitadamente el aceite de oliva en España ?

Mairenis Gómez

11 de septiembre de 2023 | 10:00 pm

El aceite de oliva no hace más que subir

El aceite de oliva es uno de los productos estrella de la dieta mediterránea. Sin embargo, en los últimos tiempos, el precio de este oro líquido ha experimentado una subida sin precedentes. La población, sorprendida y preocupada, se pregunta las razones detrás de este incremento.

Factores climatológicos versus comerciales

Es cierto que las inclemencias del tiempo han afectado las cosechas. El cambio climático y sus consecuencias, como las olas de calor o las sequías, han tenido un impacto directo en la producción. Pero, ¿es el clima el único culpable de la escasez y el aumento de los precios? Los datos sugieren que no.

Exportación: la clave del enigma

Mientras que España ha sufrido dos años de cosechas menores a lo usual, sigue siendo el principal exportador de aceite de oliva del mundo. En la campaña 2022/2023, de las 663.300 toneladas de aceite producidas, se exportaron 608.300 toneladas hasta julio de 2023, es decir, el 91,70% del total.

Esta cifra tan elevada de exportaciones resalta un hecho irrefutable: el mercado español de aceite de oliva está orientado a la exportación. Y esta orientación hacia el exterior trae consecuencias internas.

El impacto interno

La lógica simple de oferta y demanda dicta que si un producto escasea, su precio aumenta. Aunque hay suficiente producción para cubrir la demanda interna, la gran cantidad de aceite que se exporta deja un vacío en el mercado local. Esta situación obliga a España a importar aceite de otros países para cubrir la demanda nacional, generando un efecto paradójico.

Los beneficiados y los perjudicados

Los grandes productores y las grandes explotaciones son los más beneficiados. Las explotaciones intensivas, que representan sólo un 8,5% del total, dominan el mercado con costes bajos y una producción masiva.

Por otro lado, los pequeños agricultores y olivareros, especialmente aquellos con olivares tradicionales no mecanizables, enfrentan la dura realidad de no poder competir con estas grandes empresas. Estos agricultores, cuya producción es más sostenible pero también más costosa, sufren al no poder cubrir sus costes de producción.

El futuro del aceite de oliva

Con una previsión para la campaña 2023/2024 entre las 0,5 y 1 millón de toneladas, parece que la situación podría mejorar. Pero, nuevamente, esto no garantiza una estabilidad en los precios si el modelo de exportación masiva continúa.

Una llamada a la gestión

Frente a este panorama, se propone una intervención activa del gobierno. Las medidas podrían ir desde desincentivar las exportaciones hasta potenciar el consumo interno, pasando por apoyar a los pequeños productores y a sistemas productivos sostenibles.

Los consumidores, por su parte, tienen la opción de apoyar a las cooperativas locales, comprando aceite directamente a ellas, garantizando así un precio más justo para el agricultor y un producto de calidad para ellos.

En conclusión, mientras el clima juega un papel en la producción del aceite de oliva, es la estrategia de mercado y la estructura de producción las que determinan en gran medida el precio y la disponibilidad del aceite en España. La solución, por lo tanto, no sólo está en adaptarse al cambio climático, sino también en revisar y modificar las políticas y estrategias comerciales.

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