31 de octubre de 2024 | 4:50

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Rusia prohíbe y declara «extremista» al movimiento LGTB

Durante una protesta por los derechos LGTBIQ en San Petersburgo, una manifestante rusa enfrenta las nuevas restricciones impuestas por el Tribunal Supremo, que declara extremista al movimiento LGTB.

Jeickson Sulbaran

1 de diciembre de 2023 | 7:00 am

En una decisión controvertida y sorprendente, el Tribunal Supremo de Rusia ha declarado al «movimiento social LGBT internacional» como una organización extremista, prohibiendo sus actividades en todo el territorio de la Federación Rusa. Esta medida, que entra en vigor de manera inmediata, se suma a una serie de acciones que reflejan la política de hostigamiento y persecución hacia la comunidad gay y lesbiana en Rusia, enmarcada dentro de la administración de Vladimir Putin.

La sesión judicial y su contexto

La sesión del Tribunal Supremo, que se extendió durante cuatro horas, se llevó a cabo a puertas cerradas, con la exclusiva presencia de representantes de la Fiscalía y el Ministerio de Justicia. La demanda, presentada el 17 de noviembre, argüía que las actividades del movimiento revelaban «signos y manifestaciones de orientación extremista». Esta resolución impone severas penas para quienes lideren o participen en estas actividades, aunque la realidad es que en Rusia no existe formalmente tal «movimiento social LGBT internacional».

El espectro de la criminalización

La creación de una organización fantasma denominada “Movimiento Social LGBT Internacional” por parte de un grupo de activistas LGBT, con el objetivo de defender sus intereses, resultó en vano, ya que se les negó el acceso al Tribunal. Esta decisión del Tribunal Supremo abre la puerta a la criminalización del activismo y defensa de los derechos humanos en Rusia, aumentando el riesgo de persecución para defensores de derechos humanos, activistas, periodistas y miembros de la comunidad LGBT que expresen públicamente sus opiniones.

Organizaciones rusas de derechos humanos han solicitado que se rechazara la demanda del Ministerio de Justicia, argumentando la imposibilidad de etiquetar a un grupo de personas como «movimiento social» por compartir características personales. Estas organizaciones advierten sobre el peligro de calificar al inexistente “movimiento LGBTQ” como extremista, lo que podría llevar a una mayor persecución y restricción de las libertades civiles en Rusia.

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