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Von der Leyen dura un asalto con los neofascistas

Mairenis Gómez

7 de junio de 2024 | 8:00 pm

La candidata principal del Partido Popular Europeo (PPE), Ursula Von der Leyen, ha experimentado las complicaciones de coquetear con la ultraderecha y ahora busca reforzar alianzas con fuerzas más moderadas y europeístas. Con las elecciones al Parlamento Europeo a la vuelta de la esquina, la presidenta de la Comisión Europea ha decidido cambiar su enfoque, alejándose de la extrema derecha y acercándose a Los Verdes y liberales, con la esperanza de reeditar una gran coalición moderada.

Una alianza necesaria para la investidura

Von der Leyen, pragmática como siempre, ha entendido que la clave para su posible reelección pasa por construir una alianza con partidos que compartan su visión europeísta. Los últimos sondeos indican que, aunque Los Verdes y el grupo liberal Renew perderían fuerza, su descenso no sería tan drástico como se temía. Este escenario podría permitir la formación de una coalición moderada junto a los socialdemócratas, emulando la estabilidad que ha caracterizado a la Unión Europea en las últimas décadas.

La líder del PPE ha pasado meses intentando un acercamiento con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y su grupo ultraconservador, los Reformistas y Conservadores Europeos (ECR). Sin embargo, esta estrategia ha generado fricciones dentro de su propio partido y ha alarmado a los partidos progresistas, que han advertido a Von der Leyen que no la apoyarán si se alía con la ultraderecha.

Resistencia de la Alianza Progresista

En las recientes elecciones en Países Bajos, los sondeos a pie de urna mostraron que, aunque la ultraderecha de Geert Wilders ha ganado apoyos, la alianza progresista de socialdemócratas y verdes (GroenLinks-PvdA) también ha resistido con fuerza. Estos resultados confirman la tendencia que manejan los conservadores europeos y resaltan la posibilidad de que un porcentaje significativo del voto ultra no esté reflejado en los sondeos.

Von der Leyen, consciente de esta realidad, ahora mira hacia Los Verdes, que podrían ser un aliado clave para evitar cualquier tipo de alianza con los partidos de extrema derecha. Los ecologistas, que se abstuvieron hace cinco años en la confirmación de Von der Leyen, esta vez no descartan apoyarla si con ello pueden frenar las alianzas con los ultras.

El precio del apoyo verde

Para contar con el apoyo de Los Verdes, Von der Leyen tendrá que comprometerse a impulsar una agenda verde, algo que priorizó al inicio de su legislatura pero que ha ido relegando por las presiones de la derecha y la industria. Con los sondeos en la mano y las presiones de grandes fuerzas socialdemócratas como España, que busca colocar a Teresa Ribera en un puesto clave, la candidata conservadora podría retomar sus políticas ecologistas.

La situación en Europa es extremadamente volátil, con dos guerras en el horizonte y la posibilidad de que Donald Trump vuelva a la Casa Blanca. Esta inestabilidad añade una capa extra de incertidumbre a las elecciones europeas y al futuro de la Comisión presidida por Von der Leyen.

La inquietud dentro del PPE

Los últimos movimientos hacia la extrema derecha han generado inquietud dentro del PPE. Figuras como Christiana Xenofontos, candidata por Agrupación Democrática de Chipre, han expresado su rechazo a cualquier tipo de comunicación con la ultraderecha. Incluso el expresidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha alertado sobre los riesgos de estas alianzas.

Las recientes alianzas de los conservadores con partidos de extrema derecha en países como Finlandia, Suecia, Austria y Croacia, así como en gobiernos regionales y locales en España, han aumentado la preocupación sobre la dirección que está tomando el PPE. La presión también recae sobre líderes como Donald Tusk en Polonia, que enfrenta desafíos tanto de la coalición progresista como del ultraconservador PiS.

En este escenario complejo, Ursula von der Leyen se enfrenta al desafío de mantener la credibilidad de la UE y evitar que los mensajes populistas y ultranacionalistas erosionen el proyecto europeo. La próxima semana será decisiva para definir el rumbo de Europa y el futuro de su liderazgo.

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