26 de junio de 2024 | 11:07

Bilbao

Borja Villacís un asiduo a Bilbao

Jesús Carames

5 de junio de 2024 | 8:45 am

Investigación y tráfico de drogas en el caso de Borja Villacís y la operación ‘Águila-Frozen’

Conversaciones de Encrochat, viajes por carretera para transportar droga, agentes encubiertos y la entrega de medio millón de euros en un Vips. La causa en la que estaba investigado el hermano de Begoña Villacís, Borja Villacís, en la Audiencia Nacional tiene todos los ingredientes de una investigación de serie. Borja Villacís, asesinado a tiros este martes en Madrid, no estaba en la parte alta de la organización criminal, pero había sido detenido en 2021 y estaba imputado por tráfico de drogas y blanqueo de capitales.

Inicio de la investigación

El titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, inició esta investigación en 2019 y la mantuvo bajo secreto hasta al menos dos años después. La causa comenzó con una entrega controlada, pero los agentes descubrieron la posible existencia de hasta cuatro organizaciones criminales distintas.

Operación ‘Águila-Frozen’

En 2021, la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, con información de la DEA de Estados Unidos, lanzó la operación ‘Águila-Frozen’. La operación resultó en la detención de 33 personas y la incautación de 239 kilos de cocaína y varias armas de fuego. También se bloquearon 39 inmuebles y se confiscaron centenares de coches de alta gama utilizados para el blanqueo de dinero del tráfico de drogas.

Los detenidos estaban vinculados a presuntas organizaciones criminales denominadas Automotive y Skin, así como a un entramado empresarial dispuesto para el blanqueo de capitales. Además, otras organizaciones como Barrientos y UNAI también estaban involucradas en la distribución de estupefacientes en distintos puntos de España.

Modus operandi y pruebas recogidas

La investigación reveló que las organizaciones utilizaban vehículos alquilados y algunos a modo de lanzadera para alertar sobre posibles controles policiales. Los agentes documentaron viajes entre Bilbao, Madrid y Santander, y la Ertzaintza tenía controlado un taller en el País Vasco donde supuestamente se intercambiaba droga. En Madrid, las «guarderías» de la organización estaban situadas en Las Rozas y Moncloa-Aravaca.

Agente encubierto y encuentros clave

La investigación contó con la participación de un agente encubierto. Un encuentro clave se produjo el 19 de septiembre de 2019 en un Vips del Paseo de la Castellana, donde se entregaron 526.000 euros correspondientes a 558 kilos de cocaína. La Fiscalía Antidroga atribuyó a uno de los detenidos la condición de jefe de la organización por mantener contactos directos con el agente encubierto.

Intervenciones y alegaciones de las defensas

La información de Encrochat, un sistema de comunicación encriptado utilizado por los narcotraficantes, fue crucial para la investigación. La Audiencia Nacional recibió conversaciones de esta plataforma, lo que permitió avanzar en el caso. Las defensas solicitaron una pericial informática para determinar la autenticidad de los mensajes y alegaron «opacidad» en la cadena de custodia de las pruebas.

Incidentes durante la investigación

Uno de los acusados presentó un audio de una mujer que grabó a un guardia civil reconociendo haber puesto balizas ilegales. Este incidente llevó a que el juez Pedraz imputara al brigada Sergio B., quien actuaba como agente infiltrado. Finalmente, el asunto del guardia civil fue enviado a un juzgado ordinario, mientras que la investigación de tráfico de droga continuó en la Audiencia Nacional.

Asesinato de Borja Villacís

Aunque ninguna fuente consultada relaciona directamente el asesinato de Borja Villacís con miembros de esta causa, la tesis policial apunta a un ajuste de cuentas relacionado con las drogas. Borja Villacís había sido condenado por dos delitos de lesiones en 2012 por la Audiencia Provincial de Madrid.

En conclusión, la investigación en la que estaba implicado Borja Villacís revela la complejidad y el alcance de las redes de tráfico de drogas en España. La Operación ‘Águila-Frozen’ y las técnicas de vigilancia empleadas muestran el esfuerzo de las autoridades por desmantelar estas organizaciones criminales, aunque el reciente asesinato de Villacís añade una trágica dimensión a esta ya intrincada trama.

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