Incidentes en Bilbao antes de la final de la Europa League

Grupos de hinchas británicos empañan la fiesta en la previa del Manchester United–Tottenham

La emoción por la final de la Europa League ha comenzado a palparse con fuerza en Bilbao, sede del encuentro entre Manchester United y Tottenham Hotspur. Pero no todo ha sido ilusión ni ambiente deportivo. A pocas horas del gran partido, el comportamiento de algunos aficionados ingleses ha provocado tensos episodios que ya preocupan a las autoridades y a los vecinos.

Semáforos rotos y cánticos exaltados en el corazón de Bilbao

La céntrica calle Licenciado Poza, epicentro habitual de celebraciones y encuentros festivos, fue escenario este martes por la tarde de una serie de actos vandálicos. Un grupo de seguidores del Tottenham, visiblemente alterados, rompieron dos semáforos mientras consumían alcohol en plena vía pública. Las imágenes muestran a varios de ellos alzando los restos del mobiliario como trofeos improvisados, entre gritos y canciones.

Pese a lo alarmante de la escena, la Ertzaintza logró intervenir sin que se registraran heridos ni detenciones. La policía autonómica sigue en máxima alerta ante posibles nuevos incidentes en las horas previas al encuentro.

San Sebastián también sufre el efecto secundario de la final

La tensión no se quedó en Bilbao. A poco más de una hora en tren, la Parte Vieja de San Sebastián vivió su propio capítulo de descontrol. Allí, decenas de hinchas británicos causaron daños en terrazas, contenedores y otros elementos urbanos, además de protagonizar peleas que obligaron a un amplio despliegue policial. Aunque no se han confirmado arrestos, las autoridades mantienen abiertas varias investigaciones.

Un vecino, forzado a defender su casa

Uno de los episodios más surrealistas se vivió también en el centro de Bilbao, donde varios aficionados intentaron escalar por un andamio hasta un balcón privado. El propietario, alertado por el ruido, salió armado con un bastón y logró disuadir a los intrusos, que huyeron entre risas. Las imágenes del momento corren como la pólvora por redes sociales.

Una fiesta que aún puede salvarse

Afortunadamente, la mayoría de los hinchas desplazados han mostrado un comportamiento ejemplar. Han llenado las calles de camisetas, bufandas y ambiente futbolero, comprando en comercios y ocupando terrazas con alegría. No obstante, la preocupación es evidente: una minoría ruidosa amenaza con manchar una cita histórica para Bilbao y San Mamés, que acoge una final europea por primera vez.

Las autoridades han reforzado los dispositivos de seguridad para evitar que la noche del miércoles se convierta en una pesadilla. Mientras tanto, la ciudad espera que el fútbol vuelva a ser el único protagonista.