12 de diciembre de 2024 | 12:23

Bilbao

La decisión de la CNMC ¿Aprobará la OPA de BBVA sobre Sabadell?

El proxy europeo respalda la ampliación de BBVA pero muestra preocupación por los efectos de la opa

Mairenis Gómez

11 de noviembre de 2024 | 10:30 am

El futuro del sector bancario español pende de una decisión clave

La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) está en la recta final de su deliberación sobre la Oferta Pública de Adquisición (OPA) de BBVA sobre Banco Sabadell. Este proceso, que podría transformar el panorama bancario en España, aún no tiene un desenlace claro: la operación podría aprobarse en una rápida fase 1 o pasar a una exhaustiva fase 2, lo que alargaría los plazos y posiblemente requeriría intervención del Gobierno.

¿Qué implica la fase 2 para la operación?

Según la Ley de Defensa de la Competencia, el análisis inicial de cualquier operación de este calibre tiene un plazo máximo de un mes en fase 1. Sin embargo, si la CNMC detecta posibles problemas de competencia, la OPA se trasladará a fase 2, donde se realizará un estudio más detallado. En este escenario, se podría exigir a BBVA compromisos o condiciones adicionales para garantizar el equilibrio en el mercado. Si esos ajustes no resuelven los problemas detectados, el organismo incluso podría prohibir la operación.

Además, en los casos más complejos, la decisión final podría recaer en el Consejo de Ministros, que tendría en cuenta factores más allá de la competencia, como la seguridad nacional o la promoción de la investigación tecnológica.

¿Qué puede pasar si la OPA llega a fase 2?

De pasar a una evaluación más profunda, los plazos podrían alargarse hasta bien entrado el primer trimestre de 2025, afectando directamente al calendario previsto por BBVA. Esto podría generar tensiones con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), encargada de aprobar el folleto para los inversores. Si la CNMV aprueba el documento antes de que la CNMC emita su veredicto, los accionistas del Sabadell recibirían una oferta con información incompleta, lo que podría generar incertidumbre sobre el valor final de la fusión.

Por otro lado, BBVA ya ha anticipado los posibles riesgos de un rechazo. En ese caso, el banco se vería obligado a vender parte o la totalidad de las acciones adquiridas, según las directrices de la CNMC. Incluso, si la operación es aprobada con condiciones onerosas, el grupo fusionado podría quedar debilitado frente a la competencia internacional.

El desenlace que marcará un antes y un después

En las últimas fusiones bancarias, como la de CaixaBank-Bankia y Unicaja-Liberbank, las operaciones fueron aprobadas en fase 1 con compromisos claros. Sin embargo, la complejidad y el impacto potencial de esta operación han puesto a BBVA y Sabadell bajo un escrutinio sin precedentes. La decisión de la CNMC, que podría darse a mediados de noviembre, será determinante no solo para estos bancos, sino para el futuro del sistema financiero español.

La aprobación en fase 1 despejaría el camino hacia la fusión, pero una fase 2 podría retrasar o incluso frustrar los planes del BBVA. El reloj sigue corriendo, y tanto los accionistas como el mercado esperan con ansias una resolución que marcará el ritmo del sector bancario en los próximos años.

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