23 de septiembre de 2024 | 11:56

Bilbao

Masajista vietnamita de la calle Concha denunciado por abusos

La Ertzaintza sigue buscando a un hombre que sustrajo un arma de un agente en Barakaldo

Mairenis Gómez

12 de junio de 2024 | 7:54 am

Una mujer ha presentado una denuncia ante la Ertzaintza contra un masajista de un salón de belleza en la calle General Concha de Bilbao, acusándolo de abusos sexuales. El acusado, un hombre vietnamita de 48 años, ha sido imputado. La denunciante sospecha que puede haber más víctimas, especialmente después de conocer un caso similar ocurrido hace siete años.

Según el relato de la afectada, acudió el pasado jueves a las once y media de la mañana a una cita para recibir un masaje descontracturante en un centro de uñas y masajes que ya conocía por haberse hecho allí la manicura. Al llegar, fue llevada a una «salita estrecha y oscura» donde el masajista le ofreció una prenda interior desechable y le pidió que se desnudara. La mujer se tumbó boca abajo en la camilla y le pusieron «una toalla en la cabeza».

El masajista comenzó masajeando los hombros, pero pronto descendió hacia las nalgas, quitándole la ropa interior con la excusa de que «tenía el músculo muy duro». La mujer se quedó tensa y cerró las piernas. Posteriormente, el hombre le pidió que se diera la vuelta y se pusiera boca arriba, volviendo a ponerle la toalla en la cara. Luego continuó tocándola, ahora en los senos, de una manera inapropiada y poco profesional. En ese momento, la mujer decidió poner fin a la sesión y se dirigió a la recepción.

Denuncia y reacción

Una vez en la recepción, dado que la sesión no había durado ni media hora, solo le cobraron 25 euros. Tras darse cuenta de que había sido sometida a tocamientos de índole sexual, sintió «vergüenza» y acudió a la subcomisaría de Zabalburu para presentar una denuncia. La mujer confesó que se sintió «juzgada» al contar lo sucedido, ya que algunos cuestionaron por qué no se negó a que el masajista continuara, a lo que ella respondió que «estaba bloqueada».

La Ertzaintza ha iniciado una investigación y el masajista ha sido imputado. La denunciante espera que su caso sirva para alertar a otras posibles víctimas y para que se tomen medidas que eviten que situaciones similares vuelvan a ocurrir. La comunidad local se encuentra en estado de alerta y preocupación, esperando que se haga justicia y se proteja a las personas que acuden a estos servicios.

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