Cafeterías prohíben el teletrabajo: «No se puede estar con un café con leche cuatro o cinco horas»

Los dueños de cafeterías adoptan medidas para limitar el uso de mesas por teletrabajadores que ocupan espacio sin consumir.

El teletrabajo ha sido una práctica cada vez más común en los últimos años. Sin embargo, algunos cafés y restaurantes de València se han enfrentado a un problema particular: la ocupación prolongada de mesas por personas que trabajan en sus ordenadores portátiles, a veces con apenas un café en la mesa durante cuatro o cinco horas. Esta situación ha llevado a los propietarios a tomar medidas restrictivas para evitar que los clientes conviertan sus establecimientos en oficinas temporales.

Medidas tomadas por las cafeterías para frenar el teletrabajo prolongado

Para combatir esta práctica, los dueños de cafeterías han implementado soluciones como cortar el acceso a la red Wi-Fi y deshabilitar los enchufes cercanos a las mesas. Otros, con un enfoque más directo, informan a los clientes sobre un límite de tiempo permitido antes de sentarse, mientras que algunos restringen el teletrabajo únicamente durante los días festivos o fines de semana, cuando el flujo de clientes es mayor. También hay locales que han colocado pegatinas explícitas que prohíben el uso de portátiles.

Manuel Espinar, presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de València, destacó que esta no es una problemática generalizada en toda la ciudad, pero que sí afecta a algunos locales del centro. «En última instancia, los negocios no son espacios de coworking. Cada vez más personas llevan un ordenador consigo, pero deben ser conscientes de que la rotación de clientes es crucial para la rentabilidad».

Defensa de las restricciones y derechos del consumidor

Los hosteleros respaldan estas restricciones, argumentando que comunicar las reglas con claridad es una cuestión de sentido común. En palabras de Espinar: «No se puede estar tomando café y utilizando una silla durante tres horas. Los alquileres son altísimos, y necesitan una alta rotación para mantener la rentabilidad y cubrir costos».

Por otro lado, Vicente Inglada, secretario general de la Unión de Consumidores en la Comunitat Valenciana, reconoció que, si bien estas medidas pueden resultar molestas, el consumidor tiene el derecho de conocer las reglas antes de sentarse. Aseguró que es justo que los propietarios informen abiertamente para evitar conflictos. Además, sugiere que el consumidor debe actuar con lógica y, si se siente perjudicado, siempre tiene la opción de ir a otro local o presentar una reclamación.

En definitiva, la práctica del teletrabajo en cafeterías genera un delicado equilibrio entre el derecho del cliente y la rentabilidad del establecimiento. Es necesario que ambos lados encuentren un punto medio donde los teletrabajadores puedan trabajar sin abusar del espacio, permitiendo a las cafeterías mantener un flujo saludable de clientes.