24 de abril de 2024 | 2:33

Bizkaia

Carranza asediada por los lobos

Jesús Carames

5 de junio de 2023 | 4:47 pm

El retorno de los lobos, una constante amenaza para los ganaderos

El valle de Carranza, una región agrícola emblemática de Euskadi, sufre una vez más las consecuencias de una naturaleza que parece haberse rebelado contra sus habitantes. En este caso, el enemigo son los lobos, que han vuelto a merodear las granjas, provocando bajas en el ganado y un creciente descontento entre los ganaderos.

Desde el pasado septiembre, los ataques de estos depredadores han aumentado tanto en intensidad como en frecuencia, dando lugar a una situación insostenible para los productores locales. «Los hemos visto [a los lobos] de día, a las nueve de la mañana, a las tres de la tarde… Pero como no se pueden matar ni hacer nada…», lamenta José Pérez, uno de los afectados.

La nueva normativa, un obstáculo para la protección del ganado

La raíz del problema se encuentra en una orden del Ministerio para la Transición Ecológica, emitida en septiembre de 2021, que excluyó al lobo, al Canis lupus, de las especies cinegéticas, es decir, de aquellos animales susceptibles de ser cazados. En consecuencia, quien atente contra la vida de un lobo puede enfrentar multas de hasta dos millones de euros e incluso dos años de prisión.

Dicha medida, celebrada por ecologistas y organizaciones medioambientales, ha supuesto un duro golpe para los ganaderos de Carranza, cuyo sustento depende en gran medida de la protección de sus rebaños. «Aquí había doscientas y pico ovejas, y ahora solo quedan 90. Hay que mandarlas al matadero, porque no podemos estar día y noche con ellas, vigilando que los lobos no las maten», expone José Pérez.

Una lucha constante por la supervivencia

Noche tras noche, los lobos acechan las granjas de Carranza, dejando tras su paso muerte y desolación. Recientemente, estos animales mataron cuatro ovejas de José y dejaron gravemente heridas a otras cinco. Sin embargo, este ganadero no es el único afectado. Según sus palabras, los ataques de lobos han sido una constante desde el pasado septiembre, afectando también a sus vecinos.

«Hace quince días mató a seis corderillos que solo tenían tres meses. Ayer a otro vecino le mató a una potra; hace los ocho días, una ternera, y ayer mataron a tres ovejas y mordieron a otras cuatro, de las dieciocho que tenía. Es un sinvivir», concluye José.

Hacia una solución sostenible

Ante este escenario, es urgente encontrar soluciones que reconcilien los intereses de los ganaderos con los de la fauna local. Sin duda, se necesita un enfoque que permita la coexistencia entre lobos y ganado, respetando el papel de ambos en el ecosistema. Sin embargo, hasta que ese equilibrio se logre, los ganaderos de Carranza continuarán viviendo a la sombra del lobo.

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