27 de noviembre de 2024 | 12:52

Bizkaia

Centro de menores de Sopuerta blindado con policías

Sopuerta centro protección menores

Mairenis Gómez

16 de abril de 2024 | 7:46 am

El nuevo centro para menores en Sopuerta ha comenzado a operar esta semana en medio de una atmósfera tensa y expectante. Situado en un antiguo palacio, cuya entrada luce pintadas con la palabra ‘Ez‘ —’no’ en euskera—, el centro ahora alberga a una veintena de menores. A pesar de que las puertas del recinto permanecen abiertas permitiendo a los jóvenes entrar y salir libremente, la presencia policial se ha convertido en una constante diaria, reflejo del malestar y la preocupación que embarga a la comunidad local.

Contexto comunitario y reacciones vecinales en Sopuerta

Desde la apertura del centro, los vecinos de Sopuerta han expresado su preocupación debido a la percepción de inseguridad y la notable falta de infraestructuras adecuadas para gestionar las necesidades de los menores. «Sentimos miedo e incertidumbre», comenta una residente que prefiere mantenerse anónima. «No estamos en contra de ayudar a quienes lo necesitan, pero el municipio no está equipado con los servicios necesarios para atender a estos chavales adecuadamente.»

Desafíos y oportunidades para los menores

El centro de Sopuerta representa tanto un desafío como una oportunidad para la región. Por un lado, la inclusión de estos jóvenes podría dinamizar la comunidad local con nuevas iniciativas y programas de integración. Por otro, la falta de preparación y recursos podría agravar tensiones preexistentes.

Presencia policial y seguridad

La decisión de mantener una presencia policial fija ha sido justificada por las autoridades como una medida preventiva para proteger tanto a los menores como a los vecinos del pueblo. «La seguridad es nuestra máxima prioridad», asegura el portavoz de la policía local. «Queremos asegurarnos de que la integración de estos jóvenes en nuestra comunidad se desarrolle sin incidentes.»

Llamados a la Acción

Los habitantes de Sopuerta y grupos defensores de los derechos de los menores han hecho un llamado a las autoridades para que aumenten los recursos y apoyos necesarios. Proponen la creación de programas educativos y de ocio que faciliten la integración social y cultural de los menores, así como el fortalecimiento de los servicios de salud mental y asistencia social en el municipio.

Con el paso de los días, todos los ojos están puestos en cómo se desarrollará esta compleja situación. El éxito o fracaso del centro de Sopuerta podría sentar un precedente importante para la gestión de centros similares en otras partes del país. Por ahora, la comunidad local sigue vigilante, esperando que las promesas de seguridad y integración se materialicen en hechos concretos que disipen sus temores.

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