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Bizkaia

Cuatro destinos imprescindibles en Bizkaia según National Geographic

Miguel Castillo

21 de abril de 2023 | 10:21 pm

Los pueblos más encantadores de la provincia vizcaína capturan la esencia del País Vasco

National Geographic ha seleccionado «los once pueblos más bonitos del País Vasco», destacando cuatro municipios de Bizkaia: Lekeitio, Mundaka, Bermeo y Balmaseda. Estos pueblos encarnan la belleza y la riqueza cultural de la región.

Lekeitio: entre historia y naturaleza

Lekeitio se encuentra en la costa vasca, a una hora de Bilbao, y ofrece un bello puerto pesquero y un importante patrimonio histórico y cultural. La naturaleza es uno de los mayores atractivos de la localidad, con montes como Otoio y Lumentza, la isla de San Nicolás y los acantilados de Santa Catalina. El casco antiguo de Lekeitio alberga numerosos espacios arquitectónicos para visitar y disfrutar, como la Basílica de la Asunción de Santa María.

Mundaka: el paraíso del surf

Mundaka se sitúa en la desembocadura de la ría homónima y es una anteiglesia perteneciente a la merindad de Busturia. Aunque su origen es antiguo y desconocido, el pueblo se dedicó principalmente a la pesca y al comercio marítimo. A finales del siglo XIX y principios del XX, el turismo comenzó a ser una nueva fuente de ingresos. El surf experimentó un auge en los años 80, especialmente en Mundaka, gracias a su famosa ola izquierda, considerada una de las mejores del mundo.

Bermeo: un pueblo con vistas al mar

Bermeo, construido junto al mar y bajo la vigilancia de la isla de Izaro, cuenta con un puerto pesquero y casitas pintorescas que definen su identidad. Situado en un lugar privilegiado, en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, en la costa vizcaína, su casco histórico se puede recorrer en unas horas. Desde el antiguo espigón y la escultura de la ola, frente al puerto, se obtiene una vista espectacular de las coloridas casas junto al puerto.

Balmaseda: la primera Villa de Bizkaia

Balmaseda fue la primera Villa de Bizkaia, otorgada por Don Lope Sánchez de Mena, Señor de Bortedo, el 24 de enero de 1199. La concesión del Fuero de Logroño proporcionaba a sus habitantes privilegios jurídicos, fiscales y comerciales, lo que convirtió a la Villa en un importante centro de intercambio y actividad comercial. El Puente Viejo, que funcionó como aduana, es testimonio de la Balmaseda amurallada. La Villa conserva su estructura medieval, con calles principales paralelas al río, y su casco antiguo invita a perderse por sus cantones y plazas. Durante la Semana Santa, más de 650 personas recrean las últimas horas de Jesús de Nazaret en un Vía Crucis Viviente, organizado por el pueblo.

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