El sindicato LAB alcanza cifras récord en su 50 aniversario

50 años de historia del sindicalismo vasco son marcados por LAB

En el corazón del País Vasco y Navarra, el sindicato LAB ha celebrado su quincuagésimo aniversario en un contexto de evolución y afirmación en el escenario sindical y político regional. Fundado en el otoño de 1974, LAB ha navegado a través de cinco décadas de historia marcadas por cambios significativos tanto en el ámbito político como en el laboral. El sindicato se define por su carácter nacionalista, independentista y socialista, destacándose por su enfoque autónomo y su separación de los partidos políticos tradicionales.

Desde sus orígenes en los últimos días del franquismo, LAB ha estado intrínsecamente vinculado a la izquierda aberzale y ha visto a sus líderes enfrentar desafíos legales y políticos significativos, incluyendo la prisión de su exsecretario general, Rafa Díaz Usabiaga. Sin embargo, a diferencia de otras organizaciones del entorno abertzale, LAB nunca ha sido ilegalizado, lo que subraya su capacidad para adaptarse y mantenerse relevante en el cambiante paisaje político y social.

El sindicato celebra su crecimiento con una afiliación que ha alcanzado los 50.043 miembros, un aumento del 24,73% en los últimos diez años. Este incremento se distribuye entre Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, con un significativo número de miembros en Navarra y una presencia creciente en Iparralde y otras regiones de España y Francia.

A pesar de ser el segundo sindicato en términos de representación en Euskadi, con un 19,6%, LAB sigue distante de ELA pero mantiene una rivalidad cercana con CCOO. En Navarra, LAB ocupa la cuarta posición, aunque es uno de los sindicatos que más crece en la comunidad foral, destacando por su incremento en representación y la adición de nuevos delegados.

En el ámbito de las relaciones laborales, LAB ha tenido un camino de altibajos en cuanto a la colaboración con otros sindicatos, especialmente con ELA. Han tenido períodos de cooperación intensa, interrumpidos por desacuerdos estratégicos y políticos. Estas diferencias se han acentuado en los últimos años, llevando a una separación clara en sus métodos de negociación y acción sindical.

El sindicato ha priorizado los acuerdos sectoriales frente a los acuerdos de empresa, a diferencia de ELA, que opta por fortalecer su posición en las empresas donde se siente más fuerte. LAB ha sido crítico con la falta de movilización en negociaciones clave, y ha mostrado su descontento con la gestión de los accidentes laborales por parte de otros sindicatos, manteniendo un protocolo de respuesta activo.

En su última dirección, establecida en 2022, LAB ha optado por un liderazgo compartido entre Garbiñe Aranburu e Igor Arroyo, asegurando que una de las figuras principales sea siempre una mujer. Este enfoque refleja un compromiso continuo con la igualdad de género dentro de su estructura organizativa y en sus políticas laborales.

Mientras celebra su 50 aniversario, LAB se posiciona no solo como un sindicato centrado en los derechos de los trabajadores y la independencia política, sino también como una voz crítica y necesaria en el diálogo sobre el futuro laboral en la región. El desafío para LAB será continuar su expansión y consolidar su influencia en un panorama laboral que está en constante evolución.

El sindicato LAB, en su medio siglo de existencia, no solo ha demostrado resiliencia y crecimiento, sino que también ha jugado un papel crucial en la configuración del panorama laboral y político del País Vasco y Navarra, mostrando un compromiso firme con sus principios fundacionales y adaptándose activamente a los nuevos desafíos del siglo XXI.