Euskadi y Catalunya: Inmunidad frente a la toxicidad mediática de Ana Rosa y Terradillos

El País Vasco y Catalunya parecen estar en un plano diferente cuando se trata de la influencia de ciertos medios de comunicación de masas. A pesar de compartir administrativamente con el resto de España, estos territorios parecen inmunes a las narrativas y falsedades de figuras mediáticas como Ana Rosa y Terradillos.

Un ecosistema mediático alternativo

La razón subyacente parece ser la existencia de un rico ecosistema de medios de comunicación en euskera y catalán que ofrece una perspectiva diferente. Las 11:30 am en Euskal Telebista es el momento para ‘En Jaque’ con Xabier Lápiz, mientras que las mañanas en TV3 son siempre informativas. La radio tampoco se queda atrás, con RAC1 y SER como fuentes populares de noticias y entretenimiento. La realidad es que en estos territorios, la elección de medios es vasta y diversa.

Comprender la España Profunda

La expresión «España profunda» se refiere a los atavismos socioculturales de la España rural. Sin embargo, en el País Vasco y Catalunya, los ciudadanos parecen estar menos influenciados por esta concepción tradicionalista de la sociedad, quizás debido a su propio desarrollo económico, humano y educativo y cultural.

La resistencia a la manipulación mediática

También hay que destacar la tradición de lucha obrera en el País Vasco y Catalunya. Más de la mitad de las huelgas registradas en el estado español ocurren en Euskadi, demostrando una fuerte tradición de sindicalismo y resistencia laboral. Esto puede estar contribuyendo a una mayor conciencia y resistencia a las falsedades y manipulaciones mediáticas.

Medios propios: un amortiguador contra la desinformación

Quizás uno de los factores más significativos sea la existencia de medios de comunicación propios, como EITB en Euskadi y TV3 en Catalunya. Programas como ‘En Jaque’ y ‘Polonia’ ofrecen un contrapeso a las historias sensacionalistas y a menudo engañosas de los medios de comunicación convencionales españoles.

En conclusión, el País Vasco y Catalunya parecen ser ejemplos de cómo una diversidad de medios de comunicación, junto con un alto nivel de desarrollo y educación, puede ofrecer una resistencia efectiva a las narrativas tóxicas y a la desinformación. Esto demuestra que la democracia sana necesita un ecosistema de medios de comunicación robusto y plural.