12 de diciembre de 2024 | 12:18

Bizkaia

La ría de Bilbao de aguas turbias a un renacer ecológico

Mairenis Gómez

27 de octubre de 2024 | 7:56 am

Un plan de regeneración que cambió la historia de Bilbao

Hace 40 años, la imagen de la ría de Bilbao era muy distinta a la que podemos ver hoy. En aquellos tiempos, su agua turbia y con un olor casi insoportable recordaba a un sistema de alcantarillado más que a una vía navegable. Sin embargo, actualmente, la ría ha vuelto a la vida, atrayendo de nuevo a decenas de especies. Así lo relatan Maialen Larrinaga, Asier Bailez y Estibaliz Galdós en un reciente reportaje, donde muestran cómo los animales han regresado a estas aguas que desembocan en el Cantábrico.

Hace tan solo cuatro décadas, la ría bilbaína estaba en un estado crítico de contaminación total, debido al vertido masivo de residuos urbanos e industriales que erradicó la flora y la fauna del lugar. Pedro Barriero, gerente del Consorcio de Aguas de Bilbao, detalla las consecuencias de este periodo: “Tenía un 0% de oxígeno, lo que hacía imposible cualquier forma de vida”. Fue en ese contexto cuando las autoridades decidieron implementar un plan de regeneración ambiental que transformaría esta zona para siempre.

Un plan de regeneración que ha dado frutos

Gracias a los esfuerzos de las últimas décadas, la ría de Bilbao ha dejado atrás su pasado contaminado. En los años 80, un ambicioso plan de regeneración fue implementado para restaurar el ecosistema de la ría y devolverle su vitalidad, un esfuerzo que ha resultado en un espacio lleno de vida donde desembocan los ríos Nervión e Ibaizábal en el golfo de Vizcaya. A día de hoy, Barriero afirma que “en toda la ría hay vida piscícola sin ningún problema”.

Actualmente, hasta 57 especies diferentes habitan las aguas de la ría. La variedad de especies cambia según la zona de la ría, e incluso truchas pueden desplazarse hacia otras áreas cuando baja la marea. Alfonso, uno de los pescadores que frecuentan el lugar, menciona la abundancia de especies como anguilas, mojarras, doradas, salmonetes, corvinas y especialmente lubinas. Para pescadores y vecinos, disfrutar de esta renovada calidad del agua significa mucho más que una mejora ambiental: es el regreso de la vida a un entorno que antaño era conocido como «una cloaca navegable».

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