30 de abril de 2024 | 8:10

Bizkaia

Otxandiano matiza el terrorismo de ETA

Jesús Carames

17 de abril de 2024 | 7:06 pm

Pello Otxandiano, candidato de EH Bildu a lehendakari, ha generado controversia al referirse a ETA no como una organización terrorista, sino como un «grupo armado». Sus palabras han reavivado el debate sobre cómo se debe catalogar la historia violenta de ETA y su impacto en la sociedad vasca.

«ETA fue un grupo armado. Afortunadamente, ETA no existe y a partir de aquí podemos construir el futuro y la memoria de una forma mucho más compartida y con respeto a todas las víctimas», explicó en una entrevista con Cadena SER.

Implicaciones de sus comentarios

Estas declaraciones surgen en un momento delicado, ya que el País Vasco continúa reconciliando su pasado mientras busca avanzar hacia una convivencia pacífica. La negativa de Otxandiano a usar el término «organización terrorista» ha sido visto por muchos, especialmente las víctimas de ETA y sus familiares, como una minimización de los sufrimientos causados por las décadas de violencia.

Resonancia política y social

La respuesta a los comentarios de Otxandiano no se hizo esperar. Eneko Andueza, candidato del PSE-EE, calificó las declaraciones de Otxandiano de «cobardes» y «moralmente bajunas», reafirmando su postura de no permitir que EH Bildu gobierne en Euskadi. Este tipo de intercambios destacan las divisiones profundas que aún existen en el panorama político vasco respecto al legado de ETA.

Desafío para la convivencia

La dificultad de establecer una narrativa común sobre los años de violencia subraya el desafío continuo en Euskadi para construir una sociedad que reconozca todas las formas de sufrimiento y busque la reconciliación. «No se puede hablar desde la condescendencia o desde la piedad sobre las víctimas del terrorismo sin criticar a los terroristas, sin decir que aquello fue una indecencia, sin afrontar su propio pasado», insistió Andueza.

Futuro político de EH Bildu

El manejo de este legado será crucial para EH Bildu, especialmente si buscan expandir su base electoral más allá de sus simpatizantes tradicionales. Las declaraciones de Otxandiano podrían afectar la percepción del partido como una entidad dispuesta a confrontar sinceramente su pasado y comprometerse con un futuro pacífico y plural.

El debate sobre cómo abordar el legado de ETA es indicativo de las cicatrices aún frescas en el País Vasco y la necesidad de una política que promueva genuinamente la curación y la reconciliación. La evolución de este diálogo será fundamental para la estabilidad y el progreso social de Euskadi.

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