Unión Sport San Vicente sufre actos vandálicos contra las instalaciones

El reciente ataque al complejo deportivo en San Vicente: Un reflejo de la problemática latente

El 29 de octubre no será una fecha fácil de olvidar para los miembros del equipo de fútbol Unión Sport San Vicente, el Club Atletismo Barakaldo y las dependencias de la Ciudad Deportiva San Vicente. Las cicatrices de la vandalización que sufrieron ese día, revelan un problema más profundo: la creciente ola de delincuencia que afecta a las instalaciones deportivas.

Los daños ocasionados y su repercusión al Unión Sport San Vicente

Las fotografías difundidas por el club de fútbol, dejan poco a la imaginación. Asientos rotos, porterías dañadas y oficinas vandalizadas. Pero más allá de los daños materiales, este acto refleja la vulnerabilidad de espacios que deberían ser centros de formación y recreación. La ciudad deportiva, tras este incidente, ha perdido no sólo en activos materiales, sino también en confianza y seguridad.

Un problema anunciado

No es la primera vez que las alarmas se encienden. Hace apenas tres meses, en julio, la asociación atlética ya había advertido sobre la carencia de medidas de seguridad en este recinto municipal. Una falta que ha dejado en evidencia la desprotección de estos espacios.

El club de atletismo, por su parte, ya había tomado medidas drásticas al suspender los entrenamientos durante el verano. Las instalaciones de San Vicente se transformaron, durante esos meses, en puntos de encuentro para el consumo de alcohol y altercados, principalmente de jóvenes.

La voz de alarma sobre la «situación insostenible» no se hizo esperar. Lo que agrava la situación es la aparente falta de respuesta por parte de las autoridades locales. El Ayuntamiento de Barakaldo, parece no haber priorizado el adecuado mantenimiento del recinto. Esta dejadez se manifiesta en fosos de arena en mal estado, falta de arena para saltos, círculos de lanzamientos descuidados y desagües obstruidos.

La necesidad de una solución integral

Frente a esta situación, es imperativo que se tomen acciones no sólo para mejorar las infraestructuras, sino también para fortalecer la seguridad en estos espacios. Los clubes y asociaciones deportivas son vitales para el desarrollo integral de la comunidad, ofreciendo una vía para el deporte, la salud y la formación de valores en jóvenes y adultos.

Estos recintos, más allá de ser simples instalaciones, representan un pilar fundamental para la cohesión social y el desarrollo comunitario. Protegerlos, asegurar su integridad y garantizar que sean espacios seguros debe ser una prioridad para las autoridades y la sociedad en su conjunto.

En conclusión, el reciente acto vandálico no es un hecho aislado, sino el reflejo de un problema más amplio que demanda atención y soluciones concretas. Es hora de que las autoridades, clubes y la comunidad trabajen conjuntamente para devolver a estos espacios su esencia: ser centros de formación, deporte y recreación para todos.