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El festival flotante ‘70.000 Tons of Metal’: Un paraíso en alta mar para los amantes del heavy metal

Miguel Castillo

1 de mayo de 2023 | 12:01 pm

Experiencia única para los fanáticos del metal en el crucero Freedom of the Seas

Una amplia variedad de estilos y grupos en la edición de 2023

El crucero Freedom of the Seas celebra cada año el festival ‘70.000 Tons of Metal‘ y transporta desde hace más de una década en cada edición anual a cerca de 3.000 fanáticos del rock pesado de todas las nacionalidades por aguas del Caribe. En su interior, cuatro escenarios, bares que abren las 24 horas, piscinas, una cancha de baloncesto, un minigolf, un casino, un spa, restaurantes temáticos y la posibilidad de convivir y compartir la experiencia con los miembros de todas las bandas.

En la edición de este año, el Freedom of the Seas partió de Miami rumbo a Bimini, en Bahamas, ofreciendo una terapia rockera intensiva con 60 grupos y un total de 120 conciertos. Los fans se agolpan en las primeras filas del escenario de cubierta, mientras otros disfrutan de las actuaciones desde la comodidad de un jacuzzi o tomando el sol en las piscinas.

El precio por persona para vivir esta aventura metalera oscila entre los 1.250 euros por una cabina compartida de cuatro plazas, hasta los 4.500 euros en la versión más lujosa de los camarotes exteriores. A esa cantidad hay que sumarle 420 euros en concepto de tasas y sobrecargos. En el precio no están incluidas las bebidas alcohólicas ni las veces que quieras retar por tu cuenta a la diosa fortuna en el interior del casino que hay en las tripas del Freedom of the Seas.

Convivencia entre públicos y artistas

A lo largo de los años de historia del festival han actuado importantes grupos y solistas del heavy metal que van desde Blind Guardian hasta Saxon, pasando por Helloween, Accept, Doro, Michael Schenker, Gamma Ray o Anthrax. La edición de 2023 ha contado entre otros con el legendario guitarrista alemán Uli Jon Roth (ex miembro de Scorpions), los finlandeses Nightwish, los alemanes Kreator o la banda madrileña Wormed.

La relación de los músicos con los viajeros resulta, inevitablemente, mucho más cercana que en un concierto en un estadio o en una sala, ya que surge la convivencia. “No hay zonas VIP, realmente es como si todos tuvieran un pase backstage”, se afirma desde la organización.

‘Sold out’ cada año

El empresario suizo Andy Piller concibió el proyecto ‘70.000 tons’ y lo comenzó a desarrollar en 2011. Desde entonces, sólo no se ha podido celebrar el festival dos años debido a la pandemia de covid. Pero cada edición se agotan los pasajes.

La existencia de este y del resto de cruceros metaleros constata que el rock, contrariamente a lo que muchos llevan pregonando muchos años, continúa vivo… y navegando a toda vela.

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