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Amenazas e insultos a Pablo Iglesias e Irene Montero en los juzgados

Mairenis Gómez

27 de mayo de 2024 | 2:55 pm

Un grupo de extremistas de derecha ha hostigado, insultado y amenazado a los políticos frente a los juzgados

Al llegar al juzgado, Irene Montero y Pablo Iglesias fueron recibidos con gritos e insultos por parte de un grupo de personas de extrema derecha. Este acto de acoso no es un incidente aislado; es parte de una campaña prolongada de intimidación y violencia.

Insultos y amenazas en los juzgados de lo Penal de la capital

Apenas llegaron a los juzgados de lo Penal de la capital, Montero e Iglesias fueron increpados al grito de «miserables» y «asquerosos». Las agresiones verbales fueron intensas y dirigidas con clara intención de amedrentarlos. Estos insultos no solo fueron hirientes, sino que reflejan una atmósfera de odio que se ha gestado en ciertos sectores.

Además, la llegada de Pablo Iglesias e Irene Montero no pasó desapercibida. Un grupo de extremistas comenzó a lanzar improperios como «sinvergüenzas», «vende obreros», «aprovechados» y amenazas directas como «a ti tengo ganas de encontrarte yo en la calle». Estas palabras no solo buscaban intimidar sino también generar una sensación de vulnerabilidad e inseguridad en los afectados.

La estrategia del acoso y la violencia

Pablo Iglesias, visiblemente afectado, destacó cómo a través de la estrategia «del acoso y la violencia» trataron de que dejaran este país y la política. Subrayó que fueron acosados durante meses junto a otros ministros de Podemos. Iglesias afirmó con firmeza: «Ojalá no haya impunidad y no vuelva a ocurrir. Si fueran ministros del PP y PSOE no hubiera ocurrido».

Por su parte, Irene Montero señaló a Miguel Frontera como «el instigador del acoso que sufrieron durante meses en su propio domicilio». Montero describió esta situación como «la punta de lanza de una violencia sin precedentes contra una formación política para impedir avances sociales». Recordó también cómo en aquella época había presentadores de televisión que incitaban a hacer romerías a su casa, un claro ejemplo de la complicidad mediática en el acoso sufrido.

La esperanza de justicia y el papel de la seguridad

La tensión aumentó cuando, tras acceder a los juzgados, se produjo un fuerte encontronazo con un hombre que les increpó. Pablo Iglesias le observó con severidad desde detrás de la valla, mientras el individuo le gritaba «asqueroso, asqueroso, desgraciado, que eres un asqueroso». En un momento de tensión, Irene Montero salió del recinto de los juzgados y pidió que interviniera la seguridad.

Agentes de la Policía Municipal de Madrid se acercaron rápidamente a la zona ante los incidentes, aunque no hubo detenciones. La presencia policial fue crucial para evitar que la situación escalara aún más, aunque la agresividad de los extremistas de derecha dejó en evidencia la necesidad de una protección más efectiva para los políticos en situaciones de alto riesgo.

Este grupo, con gritos de «miserables» y «asquerosos», buscaba intimidar a los políticos frente a los tribunales.

Juicio contra Miguel Frontera

Miguel Frontera, acusado de acoso e injurias, enfrenta ahora tres años de prisión. Según el fiscal, esta actividad provocó una alteración significativa de la vida familiar diaria de Montero e Iglesias, afectando especialmente a los niños pequeños debido a los ruidos constantes en horarios de descanso y a la limitación de movimientos por temor a presenciar o escuchar expresiones ofensivas.

Sin duda, este juicio no solo busca justicia para la pareja, sino que también pone en evidencia la gravedad del acoso político en España y la necesidad de tomar medidas contundentes para proteger a los líderes políticos y sus familias. La esperanza es que este proceso judicial marque un precedente y sirva como advertencia contra futuros actos de intimidación y violencia política.

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