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El dilema urbano: Calle orientada al automóvil vs calle multimodal

Mairenis Gómez

15 de septiembre de 2024 | 7:30 pm

Un modelo de movilidad que redefine el espacio urbano

El diseño de las calles en las ciudades está cambiando radicalmente, y la comparativa entre una calle orientada al automóvil y una calle multimodal refleja esta transformación en la gestión del espacio público. Mientras las calles tradicionales se centraban en los vehículos privados, el concepto de calles multimodales ha surgido como una solución eficiente para aumentar la capacidad de transporte y mejorar la calidad de vida en las ciudades.

Calle orientada al automóvil: un modelo ineficiente

En las calles diseñadas para el automóvil, el foco está en maximizar el número de coches que pueden circular y estacionar. Aunque parece una solución para facilitar el tránsito vehicular, los números cuentan una historia diferente. Una calle orientada a los coches puede mover un total de 12.300 personas por hora, con la gran mayoría de esa capacidad ocupada por vehículos privados. Sin embargo, la eficiencia real del espacio es baja: aunque se permiten miles de coches, el número de pasajeros que transportan es limitado.

Además, las calles dedicadas principalmente a coches generan problemas colaterales, como la congestión y la contaminación, y reducen el espacio disponible para otros modos de transporte como bicicletas o peatones. Estas calles no solo afectan negativamente el flujo de personas, sino que también restan espacio verde y zonas para actividades sociales, creando un entorno urbano poco acogedor.

Calle multimodal: eficiencia y sostenibilidad

Por otro lado, la calle multimodal apuesta por una distribución más equilibrada del espacio, asignando carriles dedicados a diferentes modos de transporte: peatones, bicicletas, autobuses y, en menor medida, coches. Este enfoque permite transportar hasta 30.100 personas por hora, más del doble que la calle orientada a los automóviles.

En este tipo de vía, los peatones y ciclistas tienen un protagonismo esencial. Además, los autobuses pueden mover a grandes cantidades de pasajeros, mejorando la eficiencia del espacio destinado al transporte motorizado. La calle multimodal no solo mejora la movilidad, sino que también reduce la congestión y promueve el uso de medios de transporte más sostenibles. El transporte público y el uso de la bicicleta no solo son más económicos y ecológicos, sino que también requieren menos espacio que los vehículos privados.

El futuro de nuestras calles

La calle multimodal no es solo una alternativa, sino una necesidad para las ciudades del futuro. Con el incremento de la población urbana, los retos del cambio climático y la necesidad de reducir el uso del coche, este modelo de movilidad se posiciona como la opción más viable. Transformar nuestras calles en espacios multimodales no solo beneficiará la movilidad, sino que contribuirá a la creación de ciudades más sostenibles y habitables.

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