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El sobrino de Felipe VI tiene un «señor Lobo»

Mairenis Gómez

5 de junio de 2023 | 1:30 pm

Noctámbulo confeso y objetivo recurrente de los paparazzi, Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón, sobrino del rey Felipe VI, ha ocupado los titulares de la prensa por una serie de incidentes que despiertan interrogantes sobre su seguridad y la protección gubernamental que recibe.

El misterio de la seguridad pública

Tiroteos en Marbella, altercados cerca del Santiago Bernabéu, un encontronazo con navajas en una discoteca en la calle Goya… Las turbulencias de la vida nocturna de Froilán alimentan las especulaciones sobre el resguardo y la seguridad que rodea a este miembro de la realeza. La seguridad de las personalidades públicas y el gasto público derivado de estas funciones son cuestiones legítimas para el escrutinio público, y un deber del Ministerio del Interior proporcionar transparencia.

Sin embargo, una petición realizada a través del Portal de Transparencia solicitando información sobre la escolta de Froilán fue rechazada. El argumento del Ministerio es que la revelación de dicha información podría exponer a Froilán a riesgos innecesarios.

El Ministerio del Interior sustenta su decisión de mantener oculta la información sobre la seguridad de Froilán en la Ley de Secretos Oficiales de 1994. Esta ley clasifica como «reservado» los «planes de seguridad de Instituciones y organismos públicos», así como «los planes de protección de todas aquellas personas sometidas a la misma».

El departamento liderado por Fernando Grande-Marlaska argumenta que «uno de los principales activos de los servicios de protección es la discreción y reserva sobre su propia existencia». La falta de protección, de ser pública y evidente, podría poner en peligro a la persona protegida, posibilitando acciones perjudiciales que de otro modo no se habrían producido.

Los costos de la protección

Además de no proporcionar detalles sobre la protección específica de Froilán, el Ministerio tampoco ofrece información sobre los costos asociados con su seguridad. Explican que no se pueden «disociar» las partidas presupuestarias destinadas a los diferentes ámbitos en que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad ejercen sus tareas, incluso en la «seguridad y protección de altas personalidades».

¿Protección suficiente o riesgo innecesario?

La serie de incidentes que ha involucrado a Froilán ha generado un debate sobre la seguridad proporcionada por la Casa Real y el Gobierno. ¿Es suficiente? ¿Excesiva? ¿Necesaria? Se han informado medidas para garantizar la seguridad de Froilán, pero la falta de transparencia genera dudas.

En este contexto, Zarzuela y Froilán decidieron que el mejor destino para el nieto de Juan Carlos I sería lejos de España, por lo que se le buscó acomodo en Abu Dabi, muy cerca del rey emérito.

El laberinto de la transparencia

La seguridad de las figuras públicas es una cuestión delicada y compleja. La necesidad de transparencia debe equilibrarse con el deber de proteger la seguridad de las personas. Sin embargo, el caso de Froilán nos recuerda que, a veces, el laberinto de la transparencia gubernamental puede resultar opaco, cuando debería ser clarificador.

Las incógnitas en torno a la seguridad de Froilán seguirán siendo eso, incógnitas, mientras se mantenga la política de discreción del Ministerio del Interior. ¿Es este el camino correcto? La respuesta depende de si consideramos más valioso el derecho a la transparencia o la necesidad de protección. Pero una cosa es cierta: esta historia no ha hecho más que comenzar.

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