30 de septiembre de 2024 | 3:15

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Familiares y residencias de Madrid denuncian abandono durante la pandemia

Mairenis Gómez

30 de septiembre de 2024 | 1:00 pm

Familias y trabajadores denunciaron repetidamente al 112 la falta de atención médica, alimentación y recursos en los centros, mientras miles de ancianos quedaban desatendidos

Durante las primeras semanas de la pandemia en 2020, el sistema sanitario de Madrid se vio desbordado, dejando a los ancianos en las residencias en una situación de abandono y desamparo. Las llamadas al 112, por parte de familiares y personal, revelan un panorama de desesperación y angustia. Miles de personas mayores quedaron atrapadas en sus residencias, sin recibir la atención médica que necesitaban urgentemente.

El contexto de la pandemia y las residencias de ancianos en Madrid

En marzo de 2020, el Gobierno decretó el estado de alarma y los hospitales se saturaron rápidamente. La Comunidad de Madrid adoptó un protocolo que limitaba el traslado de residentes de ancianos a los hospitales. Este protocolo, junto con la falta de personal y recursos en las residencias, fue devastador. Entre el 13 de marzo y el 2 de abril, las llamadas al 112 desde residencias reflejan una realidad alarmante. Familias y trabajadores intentaban, sin éxito, obtener atención médica urgente para los residentes.

Uno de los casos más impactantes ocurrió el 22 de marzo, cuando la hija de una mujer de 76 años en Valdemoro llamó al 112. La médica de la residencia les informó que no podían derivar a su madre al hospital debido a las órdenes del protocolo. La desesperación de los familiares y el personal médico era evidente, pero el sistema no respondía. Este no fue un incidente aislado; se repitió en decenas de residencias en toda la comunidad.

Las llamadas ignoradas y la tragedia de las residencias

Durante esos días críticos, el 112 recibió numerosas llamadas similares. Las operadoras, desbordadas y con pocos recursos, intentaban gestionar las solicitudes de asistencia. En muchos casos, las llamadas terminaban abruptamente, o con la promesa de que alguien llamaría más tarde. El abandono en el que quedaron miles de ancianos es un reflejo de una falla estructural.

El 26 de marzo, en una residencia en Torrelodones, un residente pidió ayuda a su amigo, quien llamó al 112. El hombre llevaba días sin recibir comida y no había personal para atenderle. Este tipo de situaciones eran comunes en todo Madrid, y aunque algunas operadoras tomaban nota, los recursos nunca llegaban.

Las llamadas evidenciaban la falta de personal, materiales médicos y, sobre todo, la imposibilidad de trasladar a los enfermos a hospitales debido a un protocolo que restringía las derivaciones.

Incluso, en Sanchinarro, durante el 24 y 25 de marzo, el personal médico informó de la muerte de cinco residentes en un solo día. Las ambulancias no llegaron, solo lo hizo la funeraria. Esta situación se repetía en otras residencias, donde los médicos y geriatras, conscientes de la gravedad de la situación, solicitaban desesperadamente ambulancias que nunca llegaban.

El resultado: una tragedia humanitaria

La falta de recursos, la sobrecarga del sistema sanitario y el protocolo de exclusión resultaron en una tragedia de dimensiones incomprensibles. Durante marzo y abril de 2020, 7.690 personas mayores fallecieron en las residencias de la Comunidad de Madrid.

Estos fallecimientos no solo se debieron al virus, sino también a la falta de atención médica oportuna. Familias y personal de las residencias intentaron, a través de llamadas desesperadas, cambiar el destino de sus seres queridos, pero el sistema colapsó ante la magnitud de la pandemia.

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