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Las Clarisas de Belorado echan de malos modos al enviado del Arzobispo de Burgos

Mairenis Gómez

6 de junio de 2024 | 8:45 pm

El reciente conflicto entre las religiosas del Monasterio de Santa Clara de Belorado y los enviados del arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha generado un episodio de gran tensión. El intento de acercamiento, protagonizado por sor Carmen Ruiz, Rodrigo Sáiz y Carlos Azona, terminó con la intervención de la Guardia Civil, subrayando la hostilidad existente entre ambas partes.

La llegada de los enviados y la respuesta de las monjas

El jueves pasado, una comitiva enviada por el arzobispo de Burgos se presentó en el Monasterio de Santa Clara de Belorado con la intención de establecer una línea de comunicación con las religiosas. El equipo estaba compuesto por sor Carmen Ruiz, secretaria de la Federación de Clarisas Nuestra Señora de Aránzazu; Rodrigo Sáiz, apoderado del arzobispo como comisario pontificio; y Carlos Azona, notario del Tribunal Eclesiástico. El propósito era comunicar las facultades jurídicas del comisario pontificio y transmitir las notificaciones pertinentes sobre la apertura del proceso canónico.

Al llegar al convento alrededor de las 14 horas, fueron recibidos inicialmente por sor Belén y luego por sor Sión en el locutorio. Las religiosas transmitieron que, salvo María Rosario Garrido, notaria que los acompañaba, el resto no eran bienvenidos y debían abandonar las instalaciones. Esta situación llevó a solicitar la presencia de una patrulla de la Guardia Civil.

Intervención de la Guardia Civil y las acciones del comisario pontificio

Mientras sor Carmen Ruiz y Carlos Azona esperaban fuera del convento, Rodrigo Sáiz decidió quedarse en el interior, amparándose en su derecho como apoderado del comisario pontificio. Tras la llegada de la Guardia Civil, Sáiz se identificó y mostró la documentación que acreditaba su papel. La patrulla anunció que practicarían diligencias a prevención y luego se entrevistarían con las religiosas. Posteriormente, Sáiz abandonó el monasterio voluntariamente.

Contexto del conflicto y acciones legales

El comunicado del Arzobispado de Burgos detalla que estos hechos se suman a la denuncia interpuesta ante la Policía Nacional de Logroño y ratificada en los juzgados de Burgos. El rechazo de las monjas a la comitiva enviada por el arzobispo Iceta se interpreta como un gesto de hostilidad que refleja la falta de intención de la comunidad para dialogar.

Las religiosas de Belorado, alineadas con los postulados preconciliares y las tesis del excomulgado Pablo de Rojas, han mostrado una firme resistencia a la intervención del arzobispo de Burgos. Iceta, por su parte, asegura mantener su voluntad de tender puentes y encontrar vías adecuadas para alcanzar una solución.

Conclusión: Una brecha difícil de cerrar

Este enfrentamiento entre el Arzobispado de Burgos y las monjas de Belorado resalta las profundas divisiones y la complejidad de la situación. El episodio del jueves es un claro ejemplo de la tensión existente y la dificultad para establecer un diálogo efectivo. A pesar de los esfuerzos por parte del arzobispo Iceta, la resistencia de la comunidad religiosa y su adhesión a principios preconciliares complican cualquier intento de resolución.

La intervención de la Guardia Civil y la documentación oficial presentada reflejan la seriedad del conflicto y la necesidad de una solución dialogada y pacífica. Será crucial que ambas partes encuentren un terreno común y trabajen hacia una reconciliación que respete las tradiciones y la autonomía del convento, mientras se mantiene la autoridad eclesiástica del Arzobispado de Burgos.

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