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Las monjas de Belorado se declaran okupas

Las monjas de Belorado se declaran okupas

Jeickson Sulbaran

11 de junio de 2024 | 11:00 am

La lucha por la autonomía y los derechos de las religiosas en Bizkaia

En las provincias de Bizkaia y Burgos, se está desarrollando un conflicto significativo entre las clarisas de Belorado y Orduña y el Arzobispado de Burgos. Estas religiosas han decidido romper con la Iglesia católica y se han declarado okupas de sus propios conventos. Esta medida extrema es una respuesta a lo que consideran una intromisión injusta y un intento de control por parte del arzobispo Mario Iceta, nombrado comisario pontificio con plenos poderes sobre la comunidad.

Las monjas de Belorado se declaran okupas

José Ceacero, portavoz de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, ha defendido la decisión de las monjas. Ellas ya no reconocen la autoridad del arzobispo y, por lo tanto, no están dispuestas a cumplir con sus requerimientos. Ceacero recalca que las monjas han comunicado su salida de la Iglesia católica a través de un manifiesto y una carta pública, lo que muestra claramente su postura.

El conflicto escaló cuando el arzobispo pidió las llaves de los conventos y citó a las monjas ante el Tribunal Eclesiástico. Ceacero explica que Iceta intenta imponer el Derecho Canónico sobre el Civil para apropiarse de los inmuebles de las religiosas. Este movimiento legal incluye la excomunión individual de las monjas, un proceso que permitiría disolver la comunidad y transferir sus bienes a la Federación de Clarisas.

Una batalla legal y religiosa por los derechos y la autonomía de las monjas

Este conflicto no es solo una cuestión de poder y control. Las monjas han denunciado al arzobispo por abuso de poder, usurpación de la representación legal y violación de su derecho a la libre asociación. Esta denuncia ha iniciado un proceso judicial que podría prolongarse, mientras que el proceso canónico tiene plazos más inmediatos.

Ceacero menciona que las cuentas del monasterio están bloqueadas y que las monjas están «abandonadas a las manos de Dios», aunque el Arzobispado afirma que las cuentas están tuteladas y que se siguen pagando nóminas y recibos. El portavoz de la Pía Unión anticipa una «guerra larga» en la que se ganarán y perderán batallas, pero las monjas están decididas a no ceder.

Ni Ceacero ni el falso obispo Pablo de Rojas, fundador de la Pía Unión y excomulgado en 2019, tienen intención de abandonar el convento de Belorado, a pesar de las exhortaciones del arzobispo. Ceacero deja claro que su lealtad está con las monjas, no con el arzobispo Iceta.

Esta situación pone de relieve la complejidad de los derechos de las religiosas y la autonomía de las comunidades religiosas frente a las autoridades eclesiásticas. El desenlace de este conflicto podría tener implicaciones significativas para otras comunidades religiosas en España y más allá, marcando un precedente sobre la autonomía y los derechos dentro de la Iglesia católica.

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