26 de diciembre de 2024 | 2:37

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Restaurantes que excluyen a los solitarios

Mairenis Gómez

5 de agosto de 2023 | 2:00 pm

La dinámica de la hostelería está cambiando en la vibrante ciudad de Barcelona. Un sorprendente fenómeno se está apoderando de los bares y restaurantes de la ciudad: están prohibiendo a las personas cenar solas, una tendencia que ha dejado a muchos clientes desconcertados y frustrados.

Poble-sec y Eixample, campos de batalla de la discriminación de los solitarios

El corazón de esta tendencia parece latir en los distritos de Poble-sec y Eixample, donde los lugareños han informado de incidentes donde fueron rechazados de varios restaurantes por intentar cenar solos. Los propietarios de los restaurantes parecen dar preferencia a los grupos, incluso cuando hay mesas disponibles, provocando la ira y la incredulidad de los ciudadanos locales.

Eudald E., un residente local, compartió su experiencia de ser rechazado de tres restaurantes diferentes en la popular calle de Blai. A pesar de que había mesas libres, se le informó que estas estaban reservadas para grupos, no para un solitario comensal.

Otra lugareña, Anna T., fue rechazada de su bar habitual, el bar Cugat, varias veces en los últimos meses debido a su condición de solitaria, a pesar de que había mesas disponibles.

¿Un miedo a los comensales solitarios?

El fenómeno tiene ecos del término solomangarefobia, que se refiere al miedo a comer solo en público. Sin embargo, en este caso, parece ser la hostelería la que tiene miedo a los comensales solitarios, y no al revés.

El fenómeno ha adquirido un matiz comercial preocupante. Los clientes que buscan simplemente disfrutar de un refresco en una terraza son cada vez más rechazados, a menos que estén dispuestos a pedir una comida completa. Esta tendencia mercantilista ha alcanzado nuevos niveles con la afluencia de turistas pospandémicos, alterando la dinámica habitual de la hostelería.

Las quejas sobre estas prácticas están aumentando en las redes sociales, donde los clientes expresan su incredulidad y frustración ante la creciente dificultad para obtener una mesa para uno en la ciudad. Los locales parecen estar adaptándose a los horarios de los turistas, limitando el acceso a las terrazas a las horas tradicionales de las comidas.

La respuesta del Ayuntamiento y el Gremio de Hosteleros

En respuesta a las quejas, el Ayuntamiento de Barcelona ha remitido a los ciudadanos al Gremio de Hosteleros y a la Generalitat para obtener respuestas. El Gremio de Hosteleros no ha respondido a las solicitudes de comentario.

Mientras tanto, el número de terrazas en Barcelona ha aumentado desde el inicio de la pandemia, lo que podría estar exacerbando el problema. Según datos proporcionados por el Ayuntamiento al Gremio de Restauración en abril, hay ahora 6.375 terrazas en la ciudad, en comparación con las 5.700 antes de la pandemia.

Las soluciones innovadoras en Gràcia

Algunos locales están experimentando con soluciones para abordar el problema. En Gràcia, el café Flanders de la plaza Rovira i Trias ha instalado una máquina de tickets que proporciona un número de espera a los clientes cuando todas las mesas están ocupadas. Aunque es una solución novedosa, sigue sin abordar el problema subyacente de la discriminación de los comensales solitarios.

En resumen, la hostelería de Barcelona se enfrenta a un nuevo desafío: ¿Cómo pueden adaptarse para satisfacer la demanda de turistas, sin alienar a sus leales clientes locales? Solo el tiempo dirá si las estrategias de exclusión de los comensales solitarios perduran, o si los restaurantes se darán cuenta de que todos los clientes, independientemente de su tamaño, tienen un lugar en la mesa.

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