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Sumar impulsa aumento del IRPF al 30% para rentas de capital

Mairenis Gómez

12 de septiembre de 2024 | 8:30 pm

Sumar ha puesto sobre la mesa una propuesta que busca aumentar el tipo máximo del IRPF al 30% para las rentas de capital superiores a 120.000 euros

Sumar propone un aumento fiscal para las rentas de capital superiores a 120.000 euros, en su ofensiva dentro de las negociaciones de los Presupuestos Generales para 2025. La formación busca adelantar el tramo más alto del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), actualmente en 300.000 euros, para fijar una nueva presión fiscal a partir de los 120.000 euros.

Este incremento busca elevar tres puntos las rentas entre 200.000 y 300.000 euros, y dos puntos a aquellas por encima de los 300.000 euros. A pesar de las tensiones, Sumar asegura que la medida es necesaria para equilibrar la carga tributaria y cumplir con el mandato constitucional de que quienes más tienen, más deben aportar.

La reforma fiscal afectaría a altos ejecutivos con rentas de capital

Uno de los principales objetivos de Sumar es gravar más a los altos ejecutivos de grandes empresas, quienes perciben un 60% de sus ingresos de rentas de capital. Desde hace tiempo, la vicepresidenta Yolanda Díaz ha denunciado la desigualdad en la remuneración, señalando que los altos directivos ganan hasta «174 veces» más que sus empleados.

Sumar ha defendido que las rentas de los asalariados soportan el 85% del IRPF, mientras que las rentas de capital, aunque tributan hasta un 28%, siguen en desventaja frente a los rendimientos del trabajo. Esta reforma fiscal busca corregir ese desequilibrio e incrementar los ingresos públicos, que el Gobierno prevé aumenten un 6,5% para 2025.

Sumar propone aumentar el IRPF al 30% para las rentas de capital superiores a 120.000 euros

Presión sobre las grandes fortunas y ajustes en los tramos bajos del IRPF

En esta propuesta, Sumar plantea mantener los tipos actuales para las rentas más bajas, los rendimientos hasta 6.000 euros seguirán gravándose al 19%, aquellos entre 6.000 y 50.000 euros al 21%, y los ingresos de entre 50.000 y 120.000 euros al 23%. Sin embargo, los altos rendimientos verán una mayor carga fiscal, en un intento por reducir la brecha entre los que tienen grandes fortunas y el resto de la población.

El Gobierno también está evaluando la posibilidad de mantener los impuestos extraordinarios a las energéticas y la banca, impuestos introducidos debido a los beneficios récord generados en estos sectores en años recientes. Esto forma parte de una estrategia más amplia de Hacienda para aumentar la presión fiscal sobre quienes, según el Ejecutivo, tienen suficientes recursos para contribuir más al sistema tributario.

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