El amianto en Bilbao un problema sin solución

Es innegable que el amianto, esa sustancia que en su momento se consideró revolucionaria en la construcción, se ha convertido en un tema espinoso para las autoridades de muchas ciudades. En Bilbao, la gestión y erradicación del amianto se ha vuelto un asunto de discusión y planificación en los últimos años.

La ausencia de un censo específico

El Ayuntamiento de Bilbao ha admitido recientemente la falta de un censo concreto de edificaciones e instalaciones que contienen amianto. Esto, claro está, genera un cierto nivel de incertidumbre. Sin embargo, hay que decirlo, no están solos en esta situación. Identificar y categorizar estructuras con amianto, especialmente en edificios privados, no es tarea fácil.

Las acciones en marcha

Pero esto no significa que Bilbao no esté tomando medidas. De hecho, Asier Abaunza, concejal delegado de Obras, ha señalado diversas actuaciones previstas para abordar el problema. Y es que, aunque no haya un censo per se, las operaciones de mayor urgencia ya están identificadas.

Para poner en perspectiva la magnitud de la tarea, de una red de tuberías de 545.200 metros, solo el 0,66% (alrededor de 3.610 metros) tiene fibrocemento, un material que contiene amianto. Ahora, si lo comparamos con una red de carreteras, es como decir que de una autopista de 1000 km, solo 6,6 km necesitan atención especial. ¿Sorprendente, verdad?

Un futuro sin amianto

Abaunza ha mencionado que, en edificaciones y espacios de uso municipal, ya se han detectado y gestionado situaciones con presencia de amianto. Es como cuando descubres que un tramo de esa carretera tiene baches; ya se están tomando medidas para repararlos.

La idea es clara: trabajar de forma constante y metódica para eliminar cualquier rastro de amianto. Aunque a veces parezca que el ritmo es lento, se están dando pasos firmes y constantes hacia un Bilbao más seguro y saludable.

La cooperación como herramienta

Es reconfortante saber que Bilbao no está solo en esta misión. El Gobierno vasco, a través de Ihobe, ha convocado a los ayuntamientos para unificar criterios y acciones. Imagínalo como una gran alianza entre ciudades para combatir un enemigo común. Juntos, unidos, pueden hacer frente al reto del amianto y garantizar un ambiente más seguro para todos.

Conclusión: Avanzando a un ritmo seguro

El amianto, ese antiguo aliado en la construcción que se ha vuelto un adversario en la salud pública, es un desafío que Bilbao está dispuesto a enfrentar. Aunque el camino hacia la total erradicación puede parecer largo y tortuoso, con planificación, cooperación y determinación, la ciudad está avanzando hacia un futuro sin amianto. Y ese, sin duda, es un futuro que todos queremos ver.