24 de noviembre de 2024 | 2:04

Bilbao

La extrema derecha quiere reventar la salida del Tour en Bilbao

Miguel Castillo

10 de junio de 2023 | 6:36 pm

El partido de ultraderecha Vox ha experimentado un tropiezo en su intento de involucrar al jefe del Estado, el rey Felipe VI, y a la Guardia Civil en el inicio del Tour de Francia de 2023 en Bilbao. Una propuesta que ha sido acogida con indiferencia e incluso rechazo por parte del resto de los partidos en el Parlamento Vasco.

La propuesta frustrada de Vox

Vox, representado por su portavoz en el Parlamento Vasco, Amaia Martínez Grisaleña, pretendía que la Guardia Civil colaborara activamente en el dispositivo de seguridad del evento deportivo, y que el rey Felipe VI fuera invitado institucionalmente. La propuesta, sin embargo, no encontró un terreno fértil entre el resto de los grupos políticos.

La resistencia de otros partidos

Partidos como el PNV, PSE-EE, EH Bildu y Elkarrekin Podemos-IU decidieron no participar en el debate, una respuesta habitual a las iniciativas de Vox. Por otro lado, el partido PP+CS se adhirió a la propuesta, aunque expresó que la misma no era muy «acertada».

¿Una jugada estratégica?

La maniobra de Vox puede interpretarse como un intento de resistir lo que consideran un monopolio del nacionalismo en la esfera política e institucional en el País Vasco. La presencia del rey y la Guardia Civil, para Vox, podría haber servido como un contrapunto a lo que perciben como un intento del lehendakari, Iñigo Urkullu, de aprovechar el Tour de Francia para promover una «república independiente vasca».

¿Una derrota para la monarquía?

El rechazo a la iniciativa de Vox ha sido interpretado por algunos como una señal de derrota para la monarquía. El ‘popular’ Carmelo Barrio, de PP+CS, lamentó que Vox presentase tal propuesta, sabiendo que sería rechazada por una amplia mayoría.

Ninguneado en Euskadi

La fallida propuesta de Vox pone de manifiesto la brecha política entre este partido y el resto de fuerzas políticas del Parlamento Vasco. La respuesta de Martínez Grisaleña a la negativa ha sido firme: ha acusado a los otros partidos de practicar el «odio» y la «violencia política» mediante su silencio.

A pesar de esta derrota, es poco probable que Vox se desvíe de su línea de acción, ya que mantiene su postura de no intervenir en numerosas ocasiones en plenos y comisiones del Parlamento Vasco, incluso si insiste en denunciar lo que considera un «apartheid». ¿Un reto para el futuro de la política vasca? Solo el tiempo lo dirá.

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