27 de noviembre de 2024 | 5:47

Bizkaia

Bizkaia pierde 45% de su ocupación industrial en dos décadas

Bizkaia declive industrial

Mairenis Gómez

14 de febrero de 2024 | 11:45 am

La transformación económica de Bizkaia

En las últimas décadas, Bizkaia ha experimentado una transformación que va más allá de lo puramente económico. Lo que los datos por provincias revelan es una realidad que precisa ser entendida en toda su complejidad. Entre 1977 y 1993, Bizkaia enfrentó un declive industrial alarmante, perdiendo casi el 45% de su ocupación en este sector, lo que representó un 20% de su ocupación total al inicio del periodo. Esta cifra no solo es un reflejo de la desindustrialización, sino también un testimonio del duro golpe a su tejido socioeconómico.

La primera gran crisis postfranquista y su impacto en la ocupación industrial

No obstante, este fenómeno no fue exclusivo de Bizkaia. La primera gran crisis de ocupación industrial en el periodo postfranquista también dejó su huella en provincias como Huelva y Barcelona. Sin embargo, en Euskadi, y en menor medida en La Rioja, Cantabria y Asturias, la desindustrialización jugó un papel principal en la dinámica alcista de la tasa de desempleo. En otras regiones, factores como la caída de la ocupación agraria y el incremento de la población activa. Especialmente con la incorporación masiva de la mujer al mercado laboral, fueron tan o más relevantes.

El gran impacto de la crisis de empleo agrícola y la segunda ola de desindustrialización

Asi mismo, la evolución del empleo refleja el impacto significativo de la crisis agrícola en muchas regiones, en paralelo a la crisis industrial en zonas como Cantabria, La Rioja o Asturias. La crisis de ocupación en la industria entre 2006 y 2013 adquiere una relevancia quizás subestimada, con un incremento de la tasa de paro asociado a esta crisis de 4,4 puntos porcentuales. Este periodo se caracteriza por una situación de partida de mayor desempleo en 2006 comparado con 1977 y por la ausencia de una compensación positiva por parte del sector servicios. Lo cual no ocurrió en la mayor parte de las comunidades autónomas entre 2006 y 2013.

Euskadi: Una región marcada por la desindustrialización

Euskadi se distingue por ser la única zona en la que la industria ha sido el sector de caída principal de la ocupación en ambos periodos analizados. El impacto a largo plazo de la desindustrialización es fundamental para entender el futuro de la ocupación en la región. Situándola en una posición de desventaja en términos de crecimiento ocupacional frente a otras áreas, como Madrid, y, en el contexto foral, frente a Navarra. La diferencia de casi 40 puntos porcentuales de crecimiento ocupacional entre Euskadi y Navarra es significativa y refleja la precariedad social y económica de Euskadi desde la desindustrialización de los 80-90.

La respuesta de Euskadi a sus desafíos únicos

Este panorama nos obliga a reflexionar sobre la necesidad de políticas sociales adaptadas a la realidad específica de Euskadi. Una región que, debido a su historia de desindustrialización, enfrenta desafíos únicos. Comparar Euskadi con territorios en aparente igualdad de condiciones sin tener en cuenta estas diferencias históricas y socioeconómicas no solo es inexacto. Sino que también ignora las particularidades que definen su presente y futuro.

Bizkaia declive industrial
La evolución económica de Bizkaia a lo largo de las últimas décadas refleja un cambio profundo en su tejido industrial

Adaptación y renovación: el camino de Euskadi hacia el futuro

Sin duda, el declive industrial en Bizkaia y su impacto en Euskadi es una lección sobre la importancia de entender las transformaciones económicas no solo a través de cifras, sino también en su contexto social y humano. Los desafíos que enfrenta esta región requieren de un enfoque que reconozca su pasado, entienda su presente y planifique un futuro que responda a sus necesidades específicas. La reconstrucción de su tejido industrial y la adaptación a nuevos modelos económicos son esenciales para revitalizar Euskadi. No solo como un motor económico, sino como una comunidad resiliente y próspera.

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