19 de noviembre de 2024 | 2:28

Bizkaia

Compromiso de los arrantzales vascos frente a los microplásticos

Compromiso de los arrantzales vascos frente a los microplásticos

Jeickson Sulbaran

10 de enero de 2024 | 12:00 pm

Los arrantzales vascos, siempre al servicio de la comunidad y el medio ambiente, han mostrado una vez más su compromiso y disposición para enfrentar una emergencia ambiental. Esta vez, su enfoque está en la lucha contra los residuos microplásticos, una amenaza silenciosa pero creciente para nuestros mares y costas. En una muestra de solidaridad y responsabilidad, han ofrecido su ayuda para colaborar con el Gobierno vasco y las diputaciones forales de Bizkaia y Gipuzkoa, en el marco del Plan especial de emergencias de Euskadi, Itsasertza. Este plan se activó recientemente ante la posible llegada de residuos microplásticos a las costas vascas, vertidos por el buque mercante Toconao.

La respuesta inmediata y la planificación ante la emergencia

Eusebio Aranzamendi, presidente de la Federación de cofradías de bajura de Bizkaia, ha sido una voz líder en esta iniciativa. Él y otros representantes de las cofradías de bajura participaron en una reunión telemática de urgencia convocada por el Gobierno vasco para analizar la situación. Aranzamendi aseguró que desde el primer momento, mostraron su total disposición para participar en las labores de vigilancia o lo que fuera necesario ante la más que posible llegada de pequeñas bolas de plástico a las costas vascas. Esta actitud refleja la profunda conexión de los arrantzales con el mar y su compromiso con la preservación del entorno marino.

La flota pesquera vasca, que actualmente se halla amarrada en puerto y no tiene previsto faenar hasta el mes de marzo, está lista para actuar en caso de que la situación lo requiera. Los arrantzales están dispuestos a soltar amarras para recoger los miles de pellets de plástico que flotan en el Cantábrico y evitar que alcancen la línea costera.

La experiencia previa y los desafíos de la recolección

Los arrantzales vascos no son ajenos a este tipo de situaciones. Su participación fue crucial en los meses posteriores al hundimiento del petrolero Prestige en noviembre de 2002, cuando recogieron chapapote de manera manual, evitando que más de 11.000 toneladas de fuel pesado alcanzaran la costa vasca. Sin embargo, en esta ocasión, el desafío es diferente. Las bolitas de plástico son de un tamaño muy reducido y requieren de redes con mallas muy pequeñas para su recolección. Esto implica un esfuerzo y una técnica específica, diferente a la que se utilizó para recoger el chapapote.

AZTI, la fundación tecnológica especializada en el sector marino y alimentario, ha realizado simulaciones para evaluar posibles riesgos. Hasta la fecha, no se ha observado impacto alguno en el litoral vasco y las previsiones indican que los vientos de componente este y nordeste podrían impedir la llegada del vertido en los próximos días. Pero, en virtud de la activación del Plan especial de emergencias, el Gobierno vasco ha priorizado la vigilancia permanente y la coordinación de esfuerzos entre diferentes instituciones y sectores.

La situación actual pone de relieve la importancia de la vigilancia y la prevención en cuestiones ambientales, así como el papel fundamental que juegan los arrantzales y la comunidad pesquera en la protección de nuestros mares. Su disposición a actuar, incluso cuando sus barcos están en reposo, demuestra una conciencia ambiental y un sentido de responsabilidad que debería servir de ejemplo para todos nosotros.

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