El primer barco de hidrógeno y amoníaco en el Golfo de Bizkaia

En las aguas del Golfo de Bizkaia, se está escribiendo una nueva página en la historia de la navegación y la sostenibilidad marítima. Se trata del primer buque capaz de producir hidrógeno a bordo a partir de amoníaco, una innovación que podría revolucionar el transporte marítimo. Esta iniciativa, resultado de la colaboración entre entidades de investigación y empresas tecnológicas, promete ser un paso crucial en la búsqueda de soluciones sostenibles para uno de los sectores más desafiantes en términos de descarbonización.

El buque Bertha B, que navegó el pasado 18 de noviembre desde el Puerto de Bermeo, es el protagonista de este avance tecnológico. Equipado con un sistema que transforma el amoníaco en hidrógeno de alta pureza, alimenta una pila de combustible que a su vez genera electricidad para los servicios auxiliares del buque. Este sistema de producción de hidrógeno no es solo una primicia mundial, sino también un ejemplo de cómo la tecnología puede contribuir a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el transporte marítimo.

Tecnología de vanguardia para un futuro más limpio

La tecnología implementada en el Bertha B es el resultado del proyecto H2Site, una colaboración entre Tecnalia, Engie New Ventures y la Universidad Tecnológica de Eindhoven. Con su exclusiva tecnología de reactores de membrana, el sistema convierte diversas materias primas en hidrógeno, reduciendo el consumo de amoníaco y optimizando el espacio a bordo del buque.

Esta innovación no solo representa un avance en la eficiencia y la compactación del sistema, sino que también es un paso adelante en la expansión de unidades de mayor potencia y en la integración de fuentes de energía más limpias en el sector marítimo. El éxito de este proyecto pone de manifiesto el potencial del hidrógeno como combustible limpio, especialmente en un sector como el marítimo, históricamente dependiente de los hidrocarburos.

El papel del amoníaco en la producción de hidrógeno

El amoníaco juega un papel crucial en este proceso innovador. Siendo uno de los líquidos más transportados a nivel mundial, su cadena de suministro es bien conocida y puede utilizarse tanto directamente en motores como transformarse en hidrógeno para su uso en pilas de combustible. La elección del amoníaco como materia prima para la producción de hidrógeno a bordo resalta su versatilidad y potencial como solución sostenible en el transporte marítimo.

Este hito en el Golfo de Bizkaia no es un caso aislado, sino parte de un esfuerzo global para encontrar alternativas más limpias a los combustibles convencionales en el transporte marítimo. Con iniciativas como H2Site y la utilización de hidrógeno renovable, el sector busca formas de reducir su huella de carbono y contribuir a la lucha contra el cambio climático.

El proyecto H2Site y el buque Bertha B representan un ejemplo tangible de cómo la innovación y la colaboración pueden llevar al desarrollo de tecnologías disruptivas que impactan positivamente en el medio ambiente. Este avance es un paso significativo hacia un futuro más sostenible en el transporte marítimo y un modelo a seguir en la búsqueda de soluciones ecológicas.