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Bizkaia

Tema ETA embarra el final de la campaña electoral vasca

María José Gonzalez

16 de abril de 2024 | 11:47 am

En una reciente controversia, Pello Otxandiano, candidato de EH Bildu, ha evitado calificar a ETA como un «grupo terrorista», refiriéndose a ella únicamente como un «grupo armado». Esta declaración ha provocado una ola de indignación entre las principales asociaciones de víctimas del terrorismo en España, incluidas Covite, la Fundación Buesa, y la Asociación Víctimas del Terrorismo (AVT), quienes han condenado enérgicamente estas palabras.

Covite ha expresado que tales afirmaciones reflejan que la «fascinación por ETA» sigue siendo central en el proyecto político de EH Bildu, describiendo las declaraciones de Otxandiano como «indecentes e insultantes». Consuelo Ordóñez, presidenta de Covite, ha criticado duramente a Otxandiano por lo que considera una tentativa de legitimar las acciones pasadas de ETA.

Por su parte, la Fundación Buesa ha reiterado que ETA fue un grupo terrorista responsable de asesinatos, secuestros y extorsiones, instando a EH Bildu a deslegitimar completamente el terrorismo para avanzar hacia la convivencia pacífica.

Carmen Ladrón de Guevara, abogada de la AVT, ha acusado a Otxandiano de practicar la equidistancia y evitar condenar explícitamente el terrorismo, insinuando que EH Bildu sigue justificando tácitamente las acciones terroristas.

Durante un debate y una entrevista posterior, Otxandiano evitó responder directamente si consideraba a ETA como un grupo terrorista, lo que ha sido visto por muchos como una falta de compromiso claro con la deslegitimación del terrorismo. Este hecho ha sido fuertemente criticado por Eneko Andueza, candidato del PSE, quien calificó a Otxandiano de «cobarde» y denunció sus comentarios como moralmente degradantes.

Esta polémica surge en un contexto delicado, con EH Bildu intentando distanciarse de su pasado relacionado con el apoyo a ETA, mientras busca ganar legitimidad en la política vasca y española. La negativa a condenar claramente a ETA ha complicado estos esfuerzos, destacando las profundas divisiones y las heridas aún sin cicatrizar en la sociedad española respecto al terrorismo y su legado.

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