Bilbao se engalana con 7 pantallas en sus barrios para vivir la final de la Copa

Bilbao vibra con la preparación para una final histórica de Copa

La ciudad se viste de gala para un evento sin precedentes. La noticia ha corrido como la pólvora: Bilbao se prepara para vivir una de las finales de Copa más emocionantes de los últimos tiempos, entre el Athletic Club y el Mallorca, de una manera muy especial. El Ayuntamiento, respondiendo a las solicitudes de varias asociaciones, ha confirmado la instalación de siete pantallas gigantes distribuidas estratégicamente en diferentes barrios. Esto permitirá que los aficionados que no puedan desplazarse a Sevilla no se pierdan ni un solo detalle de este encuentro tan esperado.

En Santutxu, la expectación es máxima, con tres pantallas que prometen reunir a una gran cantidad de aficionados. Pero la emoción no se detiene ahí. Irala, Rekalde, la Plaza Ugarte en Otxarkoaga, y la emblemática Plaza Nueva también serán escenarios de encuentro para vivir la pasión del fútbol. Esta decisión no solo refleja el compromiso del Ayuntamiento con el bienestar social y el entretenimiento de sus ciudadanos, sino que también subraya la importancia de la cohesión comunitaria en eventos de gran envergadura.

Un evento que trasciende las fronteras

Más allá de la capital vizcaína, al menos diez localidades de la provincia se suman a esta iniciativa con sus propias pantallas, demostrando que el fútbol es mucho más que un deporte; es un vehículo para la unión y el orgullo local. Barakaldo, Portugalete, Muskiz, Ortuella, Abanto, Zalla, y Sopuerta son solo algunas de las localidades que se preparan para vivir este evento de manera comunal, cada una con su propia peculiaridad, pero unidas por un mismo corazón.

Este despliegue tecnológico no solo busca garantizar que nadie se quede sin ver el partido, sino que también es un reconocimiento a la fidelidad y pasión de la afición. El Athletic Club, consciente de la importancia de este evento, ha decidido abrir las puertas de San Mamés, instalando un mínimo de seis pantallas adicionales, en un gesto que demuestra la estrecha relación entre el equipo y sus seguidores. Este acto, más allá de ser un simple evento deportivo, se convierte en una fiesta de la ciudad, un momento de unión y celebración.

Demuestra una vez más su grandeza

Lo que viviremos el próximo 6 de abril es mucho más que un partido de fútbol. Es una demostración de cómo el deporte puede ser un catalizador para la unidad, la alegría y el orgullo de una comunidad. Bilbao, con su iniciativa de llevar la final de la Copa a cada rincón de la ciudad a través de pantallas gigantes, no solo está celebrando un evento deportivo; está fortaleciendo los lazos que unen a sus habitantes, mostrando al mundo la fuerza y el corazón de su gente. En cada barrio, en cada plaza, resonará el mismo clamor: ¡Vamos, Athletic!

La ciudad de Bilbao se transforma con pantallas gigantes para unir a sus habitantes en torno a la final de la Copa, creando un momento histórico de comunidad y pasión futbolística.