Revitalizando la Herri Harmaila: Un espacio para la auténtica pasión por el Athletic

En los cimientos de San Mamés, latiendo al unísono con los corazones de los vascos, está la Herri Harmaila. Pero hoy, las resonancias de este icónico espacio en el estadio del Athletic Club están siendo distorsionadas por aquellos que han olvidado su verdadero propósito: el amor al fútbol y a su equipo.

El Desafío Actuál

En las últimas temporadas, ha crecido la preocupación de que la Harmaila se ha alejado de su identidad original. Aquellos que llegan tarde y se van temprano, que no aportan al ambiente ni al estímulo del equipo, que utilizan su espacio más para criticar e insultar que para alentar. Esas actitudes están erosionando el espíritu de la Harmaila.

Se ha observado también un preocupante uso de la Harmaila como plataforma para reivindicaciones políticas. Si bien la pasión por el Athletic y la identidad vasca están intrínsecamente ligadas, el fútbol no debería ser utilizado como arma política. La Harmaila es y debería seguir siendo un espacio dedicado al Athletic.

Un Cambio Necesario

La solución no es llenar la grada de matones con bengalas, sino de auténticos aficionados. Gente que respire el espíritu del Athletic, que viva el juego con auténtica pasión, que anime incansablemente desde el principio hasta el final.

La Harmaila no necesita estar comandada por nadie, es un espacio de libertad. Debería ser un reflejo de la naturaleza democrática del Athletic, un club cuyo orgullo reside en su conexión con su gente y su tierra.

La Herri Harmaila que necesitamos

Imaginemos una Harmaila llena de voces apasionadas, unidas por el amor al Athletic. Un lugar donde cada aficionado, ya sea niño, anciano, hombre o mujer, sienta que está contribuyendo a algo más grande que ellos mismos.

Un lugar donde la única política que importa es la del fútbol bien jugado y del apoyo incondicional al equipo, independientemente del resultado. Un lugar donde las críticas se transforman en aliento, los insultos en canciones de ánimo, la apatía en pasión desbordante.

La Herri Harmaila puede y debe ser un símbolo del Athletic, una representación de lo que el club significa para Bilbao y para el País Vasco. No se trata de imponer, sino de inspirar. No de excluir, sino de unir.

Es hora de que los auténticos aficionados del Athletic recuperen la Herri Harmaila. Es hora de volver a llenarla de voces vibrantes, de alientos incesantes, de auténtica pasión rojiblanca. Porque el Athletic no es solo un club, es un sentimiento. Y ese sentimiento es lo que debe regir la Harmaila.